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Tantas veces como reclamamos justicia y reinvindicamos nuestros derechos, tambien Dios tiene sus derechos que son deberes para con nosotros. Fue Jesucristo quien nos dijo: Dad a Dios lo que es de Dios, y al Cesar lo que es del Cesar. Pues tomemos nota y cumplamos lo que a Dios le corresponde que le demos: AMOR, ADORACIÓN, GRATITUD Y REPARACIÓN.



11 de junio de 2012

LO QUE HAGÁIS POR AMOR A MÍ HECHO EUCARISTÍA LA RECOMPENSA SERÁ EXTRAORDINARIA

Hijos Míos, la procesión del Corpus Christi es muy importante para la cristiandad. Yo, Jesús, os hablo.

Me es de sumo agrado los fieles que siguen Mi Sacratísimo Cuerpo expuesto en la Custodia el día del Corpus Christi, y deseo, que tanto fieles, como sacerdotes, Me acompañen en este día tan solemne. Yo, Jesús, os hablo.

Hijos Míos, todo lo que hagáis en esta vida por amor a Mí, no quedará sin recompensa, pero lo que hagáis por amor a Mí hecho Eucaristía, la recompensa será extraordinaria, porque el que Me sabe tratar sacramentado, Yo lo bendeciré eternamente. Yo, Jesús, os hablo.

El fiel que Me acompaña sacramentalmente es una gracia muy grande que Mi Santo Espíritu le ha dado, al comprender lo trascendental que es el acompañamiento de Mi Cuerpo Eucarístico, porque hijos, la adoración que Me dais en este Augusto Sacramento repercutirá en Mi Cuerpo Místico la Iglesia y muchos sacerdotes fríos volverán a ser fervorosos y muchos sacerdotes a punto de claudicar, volverán a retomar su ministerio. Yo, Jesús, os hablo.

Aquellos fieles que Me honran, Me bendicen, Me alaban en el Santo Sacramento del Altar, son almas más celestiales que terrenales, almas que viven pensando en la Patria Celestial. Hablo de las almas que Me acompañan por amor a Mí en el Augusto Sacramento, no de los que van por pasar el tiempo o por curiosidad. Hijos, todo lo que hagáis por vuestro Dios que es Amor, si lo hacéis por amor, amor encontrareis, amor recibiréis, pero la frialdad, la rutina, la distracción, son elementos que no Me agradan y que debeis procurar erradicar. Yo, Jesús, os hablo.

Os pido que  vuestro amor no decaiga nunca y que crezcáis cada vez más en fe y en amor hacia Mi Santísimo Cuerpo Sacramentado. Paz a todo aquel que leyendo estos mensajes los pone en práctica. Yo, Jesús, os hablo.