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Tantas veces como reclamamos justicia y reinvindicamos nuestros derechos, tambien Dios tiene sus derechos que son deberes para con nosotros. Fue Jesucristo quien nos dijo: Dad a Dios lo que es de Dios, y al Cesar lo que es del Cesar. Pues tomemos nota y cumplamos lo que a Dios le corresponde que le demos: AMOR, ADORACIÓN, GRATITUD Y REPARACIÓN.



19 de julio de 2012

SI UN ÁNGEL QUE YA ESTA GLORIFICADO ME SIRVE CON PRONTITUD VOSOTROS DEBERÍAIS ESFORZAROS EN SER MÁS PERFECTOS

Las miríadas que hay en el Cielo de Ángeles son servidores de Dios y  cumplen velozmente las órdenes del Altísimo, sean cuales sean. Yo, Jesús, os hablo.

Pero vosotros, hijos Míos que estáis aun por este paso en la Tierra, no solo no cumplís Mi doctrina que es doctrina de salvación, sino que renegáis de ella, que os mofáis y la despreciáis porque no os gusta la disciplina que cumplirla os traería. Yo, Jesús, os hablo.

Queréis pasar esta vida holgadamente, a base de diversiones y de comodidades de todas clases. Un día excesivo de calor os cansa y os molesta, un día de más trabajo que el habitual en vez de santificaros os hace pecar, porque renegáis y consideráis que todo es injusto para el bienestar tan grande que deseáis vivir. Si llueve cuando no lo esperáis también renegáis, y así en todas la circunstancias, porque cuando se os saca un poco de vuestra línea de comodidad, entonces ya os consideráis personas victimas e indignas de padecer ninguna contrariedad. Y vosotros hijos, no solo no sois Ángeles y no solo no estáis en el Cielo, sino que estáis aun de paso por la Tierra y no sabéis si alcanzareis el Cielo. Yo, Jesús, os hablo,

Si un Ángel que ya esta glorificado Me sirve con prontitud e inmenso amor, un Ángel que ya ha ganado el Cielo, vosotros deberíais esforzaros en ser más perfectos, en ser más consecuentes con la fe que decís que tenéis, y sobre todo, en aceptar en cada instante la divina voluntad, porque hijos, no hay nada por insignificante que sea que no lo permita el Cielo para vuestro mayor merecimiento y santificación, aunque lamentablemente en muchos de vosotros se malogran los planes celestiales y se esfuman como el humo. Hijos, abrid los ojos, poneros las gafas del alma, pedidme luz a Mí y a Mi  Santa Madre, vais ciegos guiando a otros, y todos caeréis en el mismo abismo, porque no queréis esforzaros para nada y de todo os lamentáis, de todo renegáis, no se os puede contradecir en nada, solo que vuestra forma de vida no se toque, no se altere y viváis cómodamente, sin quebraros la cabeza para nada, comiendo y bebiendo como los animales, pero sin dar nada al espíritu porque eso ya supondría un esfuerzo. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo.

Así pues, en esta época estival en que el calor os cansa, os debilita, ofrecedme esos días en que tenéis que luchar contra vuestra flaca naturaleza y decidme que emplee vuestros sinsabores en el bien de las almas o en Mis intenciones o las de Mi Madre. Yo, Jesús, os hablo. Paz a todo aquel que leyendo estos mensajes los pone en práctica.