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Tantas veces como reclamamos justicia y reinvindicamos nuestros derechos, tambien Dios tiene sus derechos que son deberes para con nosotros. Fue Jesucristo quien nos dijo: Dad a Dios lo que es de Dios, y al Cesar lo que es del Cesar. Pues tomemos nota y cumplamos lo que a Dios le corresponde que le demos: AMOR, ADORACIÓN, GRATITUD Y REPARACIÓN.



9 de marzo de 2014

NECESITO ALMAS VICTIMAS QUE SE OFREZCAN EN COMUNIÓN CONMIGO POR ESOS PECADORES EMPEDERNIDOS QUE OS REPUGNAN


Hijos Míos, los que Me tratáis, sabéis muy bien en la situación terrible que se encuentran miríadas de almas. Erradas, anegadas en el pecado, con criterios erróneos, y lejos muy lejos de la salvación. Por eso, hijos, esas almas que son vuestras hermanas, y a las cree con tanto amor como a vosotros, debéis ponerlas ante vuestra oración una y otra vez, sin cansaros de hacerlo.

Rezáis por los problemas de vuestros familiares y los propios, rezáis por muchas cosas que os encomiendan, hoy Yo os pido que recéis por las almas que están tan lejos de la salvación eterna, y junto a ellas arrastran hijos, amistades y familiares. Yo, Jesús, os hablo.

Hijos Míos, Yo di por esas almas la vida y toda Mi Sangre. No perdoné un solo sufrimiento por ellas, y como ahí también estabais vosotros, Yo pedí por todos a Mi Padre Celestial para que su misericordia os alcanzara. Yo, Jesús, os hablo.
Vosotros rezáis alguna vez por los pecadores, por esos gobernantes que lanzan y aprueban esas leyes contra Mis mandamientos, pero ¿quien estaría dispuesto a dar su vida y su sangre por ellos?

Hijos, necesito almas victimas, almas que se ofrezcan en comunión Conmigo por los pecadores, por esos pecadores empedernidos que solo un milagro de la gracia los puede salvar, no porque Mi Padre no les de la gracia para convertirse, sino porque ellos tan arraigados en sus vicios y pecados, cada vez se hunden más en el fango. Uníos a Mí hijos, y dad vuestra vida por ellos, vuestros sufrimientos, vuestras penitencias, necesito que se les ame y que se Me presenten asiduamente en la oración. Yo, Jesús, os hablo.

Hijos, sed generosos con vuestros hermanos pervertidos, que ya veréis en la gloria celestial el bien tan grande y la dicha que es que un pecador se salve. Ya veréis cuantas almas se salvaron por la generosidad de otras que se ofrecieron por ellos a Mí para que se convirtieran. Yo oigo muy bien esa oración que Me hacen por las almas extraviadas, esas que os repugnan porque sus vicios y maldad son inmundos, pero espero de vosotros esa generosidad en unión a Mis sufrimientos redentores. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo. Paz  a todo aquel que leyendo estos mensajes los cree y los pone en práctica.