Páginas

Tantas veces como reclamamos justicia y reinvindicamos nuestros derechos, tambien Dios tiene sus derechos que son deberes para con nosotros. Fue Jesucristo quien nos dijo: Dad a Dios lo que es de Dios, y al Cesar lo que es del Cesar. Pues tomemos nota y cumplamos lo que a Dios le corresponde que le demos: AMOR, ADORACIÓN, GRATITUD Y REPARACIÓN.



22 de marzo de 2015

YO LOS CORREGÍA COMO A VOSOTROS



Hijos Míos, amaos unos a otros como Yo os he amado, es decir, que vuestro amor sea auténtico, generoso, servicial y humilde. Yo, Jesús, os hablo.

Cuanto Me disgusta que entre personas que caminan en una misma dirección haya “tiras y aflojas”, y se cree malestar, porque eso no viene de Mí. Cada cual debe revisarse en que falla y de donde le vienen esos enojos que tanto molestan al prójimo y a Mí mismo. No soportáis nada del hermano, lo queréis perfecto y eso en esta vida no se consigue, ni siquiera aunque llegue a santo, porque perfectos solo fui Yo y Mi Santa Madre. Por tanto, soportaos mutuamente los defectos, las reacciones propias del carácter ¿no os dais cuenta que alegráis al enemigo mortal de las almas?

Sed humildes y callad cuando desearíais hablar y reprochar, que Yo hijos, tuve que callar y soportar mucho, y ya veis que encima pedí perdón por Mis verdugos. Yo, Jesús, os hablo.

Hijos Míos, aprended de Mi mansedumbre y tratad de imitarme. No os creáis mejores que otros, que Yo tengo que sufrir vuestros defectos en Mi Corazón, que a veces tanto Me disgustan. Si sabéis que algo os va a provocar la ira, evitad la situación, y si se produce callad unos momentos antes de entrar en ese juego maléfico que tanto Nos disgusta a Mi Madre y a Mí. No creáis que siempre tenéis razón, porque no siempre la tenéis, pero si la tuvierais, ofrecedme la renuncia de vuestra voluntad y habréis ganado mucho en méritos y corona. Yo, Jesús, os hablo.

Confesaos asiduamente y haced propósito de enmienda. Si os confesáis y seguís igual, tenéis que revisar esas confesiones que no os cambian, por tanto, hijos, sed humildes y veraces y no os engañéis, porque es perder el tiempo. Yo, Jesús, os hablo.

Que este repaso que os doy a todos en general y a cada uno en particular, os sirva de guía para el bien de vuestra alma, y no para molestaros o sentiros afectados, porque Yo, Jesús, con todo Mi amor os corrijo. También entre Mis Apóstoles pasaban estas cosas y Yo los corregía como a vosotros. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo. Paz a todo aquel que leyendo este mensaje lo cree y lo pone en práctica.