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Tantas veces como reclamamos justicia y reinvindicamos nuestros derechos, tambien Dios tiene sus derechos que son deberes para con nosotros. Fue Jesucristo quien nos dijo: Dad a Dios lo que es de Dios, y al Cesar lo que es del Cesar. Pues tomemos nota y cumplamos lo que a Dios le corresponde que le demos: AMOR, ADORACIÓN, GRATITUD Y REPARACIÓN.



12 de octubre de 2013

LA LUCHA ENTRE EL BIEN Y EL MAL SERÁ HASTA EL FINAL DEL MUNDO



Hijos Míos, la lucha entre el bien y el mal será hasta el final del mundo. Yo, Jesús, os hablo.

El mal existe en dimensiones atroces, tanto, que si supierais hasta donde llega el mal y a quien alcanza, os costaría creerlo. Me refiero hijos al mal de pecados y obscenidades, de maldad, de toda clase de crímenes y violencias.  Pero hijos, como no os quiero desalentar, también os digo que el bien es también inmenso, pero el bien no lo veis porque no hace ruido, porque se practica solo bajo Mi mirada, porque no tiene afán de protagonismo. Yo, Jesús, os hablo.

Haced el bien en cualquier momento que se os presente, no rechacéis ninguna ocasión de hacer el bien: en el trabajo, en la familia, en las relaciones personales de amistad, en todo momento, porque hijos, hacer un bien trae otro bien, da buen ejemplo y edifica a la persona que lo recibe. No tengáis ningún interés personal en hacer el bien, hacedlo desinteresadamente, esperando solo de Mí la paga correspondiente y, ni siquiera lo hagáis por Mi recompensa, solo por darme gusto y ayudar a vuestros hermanos con los que convivís. Yo, Jesús, os hablo.

El sacerdote que haga algún bien sea de la índole que sea, si busca el bien del alma de a quien se lo hace, o Mi propia gloria, ese sacerdote será bendecido eternamente, pero ¡ay de aquellos que hagan el bien solo por ganarse simpatías de sus feligreses o de su compañeros de ministerio! Hijos, el bien debe hacerse con rectitud de intención, con honradez, sin poner como condición los intereses propios. Sí, hijos, sí, ese es el bien que salta a la Vida Eterna y que Yo bendigo con creces en todos los aspectos. Yo, Jesús, os hablo.

Por  tanto, hijos Míos, hijos de Mi divino Corazón, practicad en todo momento el bien que podáis, y devolved siempre bien por mal, porque en eso tienen que conocer que sois hijos de Dios, hijos de la luz. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo, Paz a todo aquel que leyendo este mensaje lo cree y lo pone en práctica.