Hijos
Míos, sois muchos de vosotros los que llevando una vida santa y de entrega a
Mí, tendréis que padecer, porque hijos, el mal esta tan avanzado y es tan
inmenso que necesito almas victimas que no Me escatimen ni amor, ni
sacrificios. Yo, Jesús, os hablo.
Pero
no temáis al sufrimiento que Yo os pueda pedir, porque aparte de que tendréis
Mi gracia para soportarlo, no será mayor de lo que vuestras fuerzas puedan aguantar,
eso sí, necesito que en espíritu de generosidad aceptéis lo que os venga, que
para unos serán padecimientos físicos, para otros sufrimientos morales y para
otros las dos clases de sufrimientos.
Yo, Jesús, os hablo.
Es
gracia especial que os concedo haceros participes de Mis sufrimientos en vuestros
cuerpos y en vuestras almas. Seréis muchos perseguidos, marginados y padeceréis
injusticias. Otros seréis ignorados, despreciados, calumniados, pero todo
estará previsto por Mí y todo tendrá un límite puesto por Mí, porque Yo no Soy un
sádico que desee que sufráis así como así, solo que hijos Míos, necesito
aplicar a muchas almas vuestros sufrimientos, si estos son aceptados con amor,
valentía y generosidad. Yo, Jesús, os hablo.
Algunos
ya Me habéis dicho que sí. Otros os habéis adelantado a Mis deseos ofreciéndoos
voluntariamente según Mi Santo Espíritu os ha inspirado. Otros os habéis
ofrecido a Mi Santa Madre, y así hijos, con vuestra generosidad y
disposiciones, este ejército de valientes que Yo dispongo, vencerá muchos males
y ayudará a otras almas a salvarse, todo hijos Míos, en Comunión Conmigo. Yo,
Jesús, os hablo.
Esto
va también para Mis sacerdotes, aquellos que no se reservan nada para sí mismos
y todo Me lo han dado, incluido su voluntad. Estas personas tanto laicos como sacerdotes,
brillarán en el Cielo con una luz diferente, porque serán los mártires de los
últimos tiempos. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo. Paz a todo aquel que
leyendo este mensaje lo cree y lo pone en práctica.