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Tantas veces como reclamamos justicia y reinvindicamos nuestros derechos, tambien Dios tiene sus derechos que son deberes para con nosotros. Fue Jesucristo quien nos dijo: Dad a Dios lo que es de Dios, y al Cesar lo que es del Cesar. Pues tomemos nota y cumplamos lo que a Dios le corresponde que le demos: AMOR, ADORACIÓN, GRATITUD Y REPARACIÓN.



21 de septiembre de 2014

SI VIVÍS EN LA FE CATÓLICA Y NO LA PRACTICÁIS ES LO MISMO QUE SI TUVIERAIS UNA FUENTE Y AL TENER SED NO BEBIERAIS




Hijos de Dios, si vivís en la fe católica y no la practicáis, es lo mismo que si tuvierais una fuente y al tener sed no bebierais. Pues quien pertenece a la Iglesia Católica y no se aprovecha de sus tesoros es una necedad por su parte, porque en la Santa Iglesia Católica está compendiado todo lo necesario para vuestra salvación eterna y para superar cualquier prueba que os venga en este vida. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.

La religión católica es una doctrina muy llevadera y que da santos y saludables frutos de amor y de bien para quienes la cumplen.  Porque quien practica los mandamientos y no mata, no viola, no adultera, hace las delicias no solo de su alma sino de los que conviven con él. Yo, Espíritu, de Dios os hablo.

La guerras, las envidias, los abusos, las injusticias, la corrupción, todo absolutamente todo es fruto de no cumplir los mandamientos de Dios, que sabiamente os lo dio para que todos sin excepción los cumplierais y formarais una sociedad de paz y santidad. Pero quienes se los saltan hacen de ellos una burla y no los quieren obedecer, y así van las cosas en esta sociedad, porque nadie quiere cumplir con las sabias y divinas leyes del Altísimo. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.

Las guerras, el hambre, las catástrofes  todo son fruto del pecado, y luego os quejáis a Dios de que os manda castigos, cuando esos castigos son consecuencia de vuestro mal obrar. Por eso hijos, los mandamientos que tan sabiamente os dio el Señor a través de Moisés, están inscritos en el corazón de cada hombre, para que aunque no se conozca la doctrina católica, sepa desde su interior lo que es bueno y lo que es malo. Pero el que se ama a sí mismo, el que solo piensa en sí y no en los demás, arrasa con todo lo divino y actúa solamente a su conveniencia, esté bien o esté mal, porque no piensa ni en las consecuencias que acarrea a la sociedad, a su familia, y a sí mismo. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.

Apuntaos en un papelito los diez mandamientos y cumplidlos todos, sin saltaros ni uno solo, pero aquel que no los quiera cumplir ya en esta vida recogerá sus resultados, porque según se actúe así se recogerá y si siembra maldad y corrupción, recogerá sus consecuencias. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.