Los hijos de
la luz deben ayudar a caminar hacia Mí a los hijos de las tinieblas, porque Yo
vine a salvar a los pecadores y no a desentenderme de ellos Yo, Jesús, os
hablo.
Hijos Míos, fueron los pecadores los que Me hicieron venir a la Tierra, porque si Yo no los buscó ¿quien se habría interesado por personas cuyas acciones producen rechazo y en muchos casos repugnancia? Yo sé hijos que esto también os sucede a vosotros pero quiero que Me imitéis en todo, sobre todo, en la misericordia. Porque si nadie ama a los pecadores ¿qué sería de ellos? Hay que odiar el pecado pero no al pecador, y muchos de ellos, se pueden reconvertir y salvar si ven que los hijos de la luz le tenéis amor y los ayudáis. Yo, Jesús, os hablo.
Todos sois pecadores, así que todos os habéis vestido con el traje
del pecado, pero Yo os toqué con Mi gracia y a muchos les sirvió para
reconvertir su vida, a otros las mismas gracias no le sirvieron y las
malograron con sus acciones. Yo, Jesús, os hablo.
Son multitud
los que tienen en el alma pecados adosados desde hace años, incluso, ya
olvidados, pero en Mi presente eterno Yo veo esos pecados y ahí están sin haber
sido ni confesados, ni reparados, ni arrepentidos. Por eso, hijos Míos, hijos
de la luz, tenéis que rezar por los pecadores, pues cada día mueren multitud de
ellos sin penitencia final, ni arrepentimiento. Pero si rezáis con amor y de
corazón, Mi misericordia alcanzará a muchos, porque algunos no han salido del
pecado por dejadez, no por maldad. Yo, Jesús, os hablo.
Pedid, hijos Míos, ayuda a la Llena de Gracia, que Ella sabe quitar y poner en el alma del pecador como nadie. Yo le di ese poder de ayudar a la salvación de las almas con su intercesión y amor maternal, y unida a Mí, somos Ella y Yo uno solo. Yo, Jesús, os hablo y os instruyó. Paz a todo aquel que leyendo este mensaje lo cree y lo pone en práctica.