Todos los recursos
habidos y por haber para la salvación de las almas, hay que ponerlos en práctica.
Yo, Jesús, os hablo
Cada uno de vosotros,
practicantes o no, deben poner de su parte por el bien de la Iglesia. Todos
deben contribuir a la salvación de las almas y a evitar el mal en Mi Iglesia,
sin excepción alguna, incluso enseñando a los niños que también participen,
porque lo mismo que ayudáis a vuestras Nación con vuestros impuestos y sabéis
que no debéis evadirlos, así debéis ayudar a vuestra Madre la Iglesia en su
peregrinar, para que llegue a buen término todos los que la integran. Yo,
Jesús, os hablo.
Si pertenecéis a esta
Institución debéis sostenerla con oraciones, mortificaciones, renuncias y toda
clase de dádivas, que Yo las recogeré amorosamente para aplicarlas a la
Iglesia. Yo, Jesús, os hablo.
Todos tienen que rezar
por la Iglesia y sus miembros, porque es deber de todos contribuir con sus
ofrecimientos, desde el más grande al más chico. Así, enseñad a los peques que no
quieren comer que lo hagan por el bien de la Iglesia, por los sacerdotes, por
el Papa, porque no se debe criticar a la Iglesia y no hacer nada por ella. Yo,
Jesús, os hablo.
Esto os lo digo muy
seriamente, y muy seriamente os lo tenéis que tomar. No creáis que nos os
pediré cuentas de ello y tampoco creáis que no os recompensaré, pues Yo pago
muy bien todo lo que Me ofrecéis, si no en esta vida, en la otra. Yo, Jesús, os
hablo.
Propagad este mensaje
para que llegue al máximo posible de almas y para que todos de una forma u de
otra, puedan contribuir con lo que Mi Santo Espíritu les inspire y según la
generosidad de cada uno. Yo, Jesús os hablo y os instruyo. Paz a todo aquel que
leyendo este mensaje lo cree y lo pone en práctica.