Hijos
Míos, Yo Soy un Dios de amor y no tengo acepción de ninguna persona, porque
todas Me importáis por igual. Yo, Jesús, os hablo.
Pero
hijos, vosotros no sois dignos hijos Míos porque entre vosotros os matáis con
la lengua, con el encono y el rencor, y no sois verdaderos hermanos, hijos de
un mismo Padre Celestial. Por eso, os pido que os améis unos a otros como Yo he
amado, sin condiciones, tratando de agradarme en el hermano, porque si Yo os
veo que os amáis, haréis de Mí lo que queráis, siempre que no se oponga a Mi
voluntad o a vuestra santidad.
Muchos
Me decís que Me rogáis pero que no conseguís lo que Me pedís. Hijos, si hacéis
bien las oraciones pero vuestro corazón está emponzoñado por el encono o el rencor, impide que vuestra oración sea
efectiva, porque primero tenéis que perdonar, olvidar y hasta amar, porque si
no cumplís lo que Yo os pido, tampoco cumpliré lo que vosotros Me pedís o lo os
pondré muy costoso de conseguir. Yo, Jesús, os hablo.
Tened
el corazón limpio, puro, y veréis como vuestras oraciones llegan a Mi
trono y son efectivas en vosotros, pero hijos si hasta enseñáis a vuestros
pequeños a odiar a sus amiguitos, y eso NO ME GUSTA, quiero que a Mis pequeños
les enseñéis amor, única y exclusivamente amor al prójimo, respeto a los
mayores y caridad al prójimo. Yo, Jesús, os hablo.
Así
pues hijos de Mi divino Corazón, pedidme que os ayude con Mi gracia a cambiar
vuestro corazón y a hacerlo semejante al Mío, y veréis como sois felices en
cada instante de vuestra vida, aun en
medio de la prueba. Yo, Jesús, os hablo.
Mi
vida tiene que prolongarse en vosotros y ser vosotros como Yo fui, humilde y
amante de todos, condescendientes, serviciales, generosos. Amaos hijos, amaos
sin condiciones, sin rencores, sin medida, amaos como Yo os he amado y en eso reconocerán
que sois Mis discípulos, porque os verán hermanados y ello será el mejor
apostolado y más eficaz que hagáis, porque quien os vea a todos hermanados sabrán
que Yo, Jesús Soy vuestro Dios y vuestro Redentor, y todos, hijos de un mismo
Padre Celestial. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo.