Sí, hijos, sí, porque si toda
rodilla se doblara ante Dios Todopoderoso, el mundo no iría como va, ni se
habrían perdido los verdaderos roles de la moral. Yo, Jesús os hablo. Pero como
las almas creyéndose superior a la sabiduría divina quieren gobernarse ellas
solas, así les va. Porque hijos, los resultados no pueden ser más nefastos y
devastadores. Habéis alejado a Dios de vuestras vidas y pretendéis que encima
os vaya perfectamente, pero quienes apartan a Dios de sus vidas o se valen de
El para sus conveniencias, los resultados son desastrosos, porque solo Dios
sabe mejor que nadie lo que os conviene, y el primer mandamiento para con Él es
amarlo por encima de todas las cosas.
Pero hoy en día no sólo no se le ama
sino que se le odia, apartando de vuestras vidas todo lo que advierta o
recuerde a Dios, y creéis que así Me habéis vencido, y lo que habéis hecho es
darle todavía más poder a Satanás, que os tiene bien atrapados con vanas filosofías,
vacías de todo amor y respeto a Dios. Yo, Jesús, os hablo.
Ahora, hijos, como resultado de
echar a Dios de vuestras vidas, bebed el veneno amargo y mortal que os trae sus
consecuencias. El mal por todas partes, hasta en Mi Iglesia, el mal en la
sociedad, en las Escuelas, en los Ayuntamientos, en todos los sitios, porque todo
es consecuencia del odio y desprecio que Me tenéis a Mí y a Mi Padre
Omnipotente, Dios Altísimo. Yo, Jesús, os hablo.
Veis el cristianismo como una
pesada carga que rechazáis y no vivís la fe porque no queréis disciplina, ni
complicaciones de ninguna clase, y la fe católica os manda no pecar y vivir en
ayuno y oración, en moderación de placeres -incluso lícitos- en equidad de bienes, y eso, no os gusta. Por
eso decís: ¡Fuera Dios! Sin Él vivimos y nos apañamos mejor. Yo, Jesús, os
hablo.
Y luego os vienen males que
queréis curar con brujería que os lo aumentan, con invocaciones hechas por
adivinos y gente que dice solucionarlo todo, y lo único que os soluciona es que
estéis cada vez más adentrados en el abismo y en las tinieblas infernales.
¿Sabéis porque el Infierno es
Infierno? Porque allí no está Dios, no hay ni un mínimo reflejo de Él, porque
si lo hubiera, el Infierno ya no sería Infierno. Que este escrito os sirva de
reflexión y lo pongáis en práctica. Yo, Jesús, os hablo y os bendigo.