Hijos
Míos, hijos de Mi Sagrado Corazón. Soy vuestro Hermano mayor quien os habla, y
deseo deciros que Mi pensamiento siempre está puesto en vosotros
misericordiosamente, porque Yo os tengo un amor ilimitado.
Cierto
que el pecado Me aleja de vosotros, pero no porque Yo Me vaya, sino porque el
pecado y Yo que Soy la misma santidad, somos incompatibles, y por eso, cuando
pecáis y os mantenéis en el pecado, no Soy Yo quien se va, sino que vosotros me
echáis de vuestras almas, porque Yo que Soy tres veces Santo, no puedo habitar
donde habita Satanás. Yo, Jesús, os hablo.
Sin
embargo, hijos Míos, tan pronto os laváis en el Sacramento de la Penitencia y
os arrepentís de haber pecado, Yo vuelvo a tomar morada en vuestras almas, y
allí Me quedo instalado mientras no Me volváis a echar por un nuevo pecado. Se
hijos Míos, que muchos sois conscientes de todo esto y que lamentáis vuestra
flaqueza a la hora de ser tentados, pero os pido que para vencer mejor la
tentación quitéis las ocasiones de pecar, porque si no lo hacéis, entonces se lo ponéis muy fácil al enemigo de
las almas. Yo, Jesús, os hablo.
Tratad
de alejaros de aquellas cosas que os hacen caer con facilidad. El que cae en la
bebida que no tenga alcohol en su casa, y al que le cuesta la castidad, evite
revistas y películas obscenas y pornográficas. Porque si no ponéis de vuestra
parte lo imprescindible, vuestra culpa será grande, pues aunque Mi gracia no os
va a faltar, siempre tenéis que poner lo que esté de vuestra parte. Yo, Jesús,
os hablo.
Y
si aun así caéis una y otra vez, no os desalentéis que a base de cincel se
hicieron bellas obras de escultura. Yo también a base de cincel haré de
vosotros grandes santos si os levantáis una y otra vez de vuestras caídas. La
oración y el ayuno son poderosos para vencer las tentaciones, pero ambas cosas
deben ser asiduas, no ocasionalmente, porque el hábito es lo que hace que
tengáis la fuerza en estas dos practicas que vencen con facilidad las
tentaciones. Yo. Jesús, os hablo.
El
ayuno puede ser también de cosas que os agradan si por vuestro trabajo o salud
no podéis omitir la comida, pero sí que podéis reducirla o privaros de algo que
os guste como la televisión. Todo unido a Mi gracia os harán salir victoriosos
de las tentaciones y el Maligno huirá de vosotros con gran pesar de su parte.
Yo, Jesús, os hablo y os instruyo. Paz a todo aquel que leyendo este mensaje lo
cree y lo pone en práctica.