Hijos
Míos, ¿quién puede medir la inmensidad del mar? ¿quién puede extraer el mar en
gotitas y envasarlo? Es tarea imposible de realizar por vosotros, porque el mar
es inmenso en dimensión y en profundidad. Yo, Jesús, os hablo.
Pues
más inmenso que el mar y más profundo es Mi amor por las almas, porque hijos,
al fin y al cabo aunque inmenso es el mar, tiene límites, es finito, pero Mi
amor es ilimitado e infinito. Yo, Jesús, os hablo.
Pero
vuestra mente limitada y obstruida por el pecado, no puede entender la grandeza
de Mi amor, eso no os cabe en la cabeza, porque vosotros amáis si os aman y si
os hacen bien y Yo amo sin que Me amen y aun haciéndome mal. Solo en el Más Allá, podréis entender
este Misterio de Amor de todo un Dios que ama a sus criaturas
inconmensurablemente.
Sin
embargo, hijos, no os pido que lo entendáis, Me basta con que lo creáis. Que
creáis que nadie como Yo os ama, ni siquiera vuestros padres, hijos, cónyuges o
familiares. Nadie tiene la capacidad y la perfección de amar como Yo, porque
Yo Soy el Amor hecho Carne, y esto se os escapa en vuestras consideraciones. Por
eso, Me basta con que lo creáis. Creed que Mi amor es de tal magnitud que en
mente humana no cabe comprender tanta grandeza. Yo, Jesús, os hablo.
Pero
los demonios si lo saben y lo entienden, por eso, ellos tratan de que os
apartéis de Mí, de mil formas. Unas veces con circunstancias adversas, otras
con abandonos, otras con ideas disfrazadas de bondad, pero todo es mentira y
falsedad, porque Yo deseo que vengáis a Mí con vuestros pecados e inmundicia
espiritual y que os lavéis en Mi Preciosísima Sangre, cuyo poder regenerador en
vuestras almas es irrefutable. Yo, Jesús, os hablo.
No os
pido que vuestra correspondencia a Mi amor, sea en la misma medida, porque ya
se que eso es imposible. Os pido que creáis en Mí, que confiéis que Yo os
espero y que os deseo tal y como sois, que ya Mi Espíritu si venís a Mí, os irá
moldeando según Nuestro gusto. Yo, Jesús, os hablo.
Por tanto,
hijos, que nadie se tenga a menos de
acercarse a Mí, porque os vuelvo a repetir que vine a por los pecadores, sean
de las índole que sean sus pecados, y todos tenéis derecho a la salvación que
Yo he querido traeros. Yo, Jesús os hablo y os instruyo. Paz a todo aquel que
leyendo este mensaje lo cree y lo pone en práctica.