Hijos de Dios, cuantas almas en
estos momentos están cayendo fulminantemente en el abismo eterno. Yo, Espíritu
de Dios, os hablo.
Es irreversible esa situación de quien se condena, porque todo en la vida puede cambiar, pero quien se condena ya no puede cambiar ese estado, ni por todo el oro del mundo, ni siquiera por la Preciosísima Sangre del Cordero de Dios. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.
Es irreversible esa situación de quien se condena, porque todo en la vida puede cambiar, pero quien se condena ya no puede cambiar ese estado, ni por todo el oro del mundo, ni siquiera por la Preciosísima Sangre del Cordero de Dios. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.
Por eso, hijos, atesorad bienes
espirituales en esta vida que os avalen a la hora de la muerte, y no pecado
tras pecado, porque el pecado es el medio más seguro para la condenación y los
que se condenan pecaron impunemente y no
se arrepintieron de ello por muchas
veces que Mis mociones y gracia trataron de que volvieran su rostro Dios. Yo,
Espíritu de Dios, os hablo.
Es triste y lamentable que muchos de los que se
condenan podían haber llegado a ser grandes santos sólo con pedir perdón a Dios
y perdonando asimismo a quienes en esta vida le ofendieron, pero la semilla del
mal, el veneno mortal que es guardar encono, los llevó a desarrollar esa semilla en su alma y fueron víctimas de
ella en el último instante de su vida, cayendo al abismo infernal donde será el
llanto y rechinar de dientes eternamente (Lc 13, 28). Yo, Espíritu de Dios, os hablo.
Quienes leéis estos escritos adentraos en vuestras almas y
ved si esa situación caótica puede ser la vuestra, y si veis alguna semejanza
en vosotros, hijos de Dios, enmendaos cuanto antes y arrancar el mal de vuestras
almas, no vaya a ser que si vosotros no os libráis del mal ahora, el mal os
tenga atrapados eternamente en la oscuridad y fuego del Infierno. Yo, Espíritu
de Dios, os hablo.
Ofreced Misas por esas almas que sabéis qué andan en situaciones semejantes, porque
no se tratan con su familia o amistades por algo que pasó hace tiempo. No
permitáis que el mal siga adosado en vuestras almas un día, y otro, y otro, y
así durante años. Ahora que tenéis facultades mentales y ocasión de cambiar,
hacedlo sin perder tiempo, y echad en el olvido el mal que os hicieron, porque
si no es así, vosotros mismos os estáis haciendo un mal que puede perdurar
eternamente. Yo, Espíritu de Dios, os hablo. Paz a todo aquel que leyendo este
mensaje lo cree y lo pone en práctica.