Si un alma quiere venir a Mí y sus debilidades, pecados o vicios se lo impiden, Yo, hijos Míos, iré a buscarla personalmente y la acogeré en Mi Divino Corazón. Yo, Jesús, os hablo.
Mi misericordia para con los pecadores no puede vuestra mente comprenderla, Yo amo con locura al pecador que desea salir una y otra vez del pecado y no puede, pero el pecador que peca una y otra vez y aun quiere pecar más, esas almas Me repugnan enormemente, Yo, Jesús, os hablo.
Hijos Míos de Mi Divino Corazón, hijos de Mi Santa Madre, os lo repito de nuevo, aunque vuestros pecados sean como la grana y los mismos incontables, Mi misericordia es mayor y más poderosa que el mal que hacéis. Yo, Jesús, os hablo. Pero el deseo de querer salir del pecado, la voluntad de tratar de hacerlo, tenéis que ponerla vosotros, porque hijos, Yo no puedo obligar a nadie a que viva una santa vida, pero ayudo a quienes desean hacerlo porque se que sin Mí no podríais. Yo, Jesús, os hablo.
Cuando un pecador empedernido cuyos pecados son horribles y atroces desea salir de su situación, solo con desearlo el Cielo entero se vuelca en el aunque no lo advierta, porque muchos de Mis bienaventurados, también fueron grandes pecadores e interceden por el y Me piden constantemente gracia para el. Yo, Jesús, os hablo.
Hijos Míos, Yo Soy el Salvador y Mi misión es salvar a las almas, en esta vida sacándolas del pecado, en la otra dándoles la Vida Eterna , pero vosotros tenéis que colaborar y quitar la ocasión de pecar y desear tener una vida más sana y más santa, porque cuando un pecador desea todo eso, es porque ya Mi Santo Espíritu lo está tocando para que se convierta y vuelva a Dios que es ante todo Padre aunque también sea Juez. Yo, Jesús, os hablo.
Hijos Míos, almas queridas que leéis estos mensajes, rogad mucho por los pecadores, rogad a Mi Madre, a los Santos Ángeles, a San José, a todos los Santos, porque la oración nunca se pierde, pero mucho menos, si es por un pecador, porque quien desea la conversión de las almas, tiene los mismos deseos de Dios Altísimo y de Mi Santa Madre. Yo, Jesús, os hablo y os lo pido. Mi paz a todo aquel que leyendo estos mensajes los pone en práctica