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Tantas veces como reclamamos justicia y reinvindicamos nuestros derechos, tambien Dios tiene sus derechos que son deberes para con nosotros. Fue Jesucristo quien nos dijo: Dad a Dios lo que es de Dios, y al Cesar lo que es del Cesar. Pues tomemos nota y cumplamos lo que a Dios le corresponde que le demos: AMOR, ADORACIÓN, GRATITUD Y REPARACIÓN.



22 de junio de 2015

POR ESO DEBO INTERVENIR Y MANDAROS UNA GRAN TRIBULACIÓN



A todos hijos Míos, a todos os tocará vuestra parte en la tribulación, porque este planeta Me ha ofendido hasta la saciedad. Yo, Jesús, os hablo.

Cierto que tengo muchas almas reparadoras y adoradoras que Me resarcen de tanta ignominia y desprecios como recibo, pero aun así, es mucho mayor el número de los que Me odian y niegan, y por eso todos pagareis de una forma o de otra el mal que recibo, cada uno según su culpabilidad, porque si bien muchos Me aman y Me dan culto, sus negligencias son a veces para Mi más dolorosas que las infamias de los que no Me aman. Yo, Jesús, os hablo.

El mundo ha perdido el norte de lo que era su destino. Yo lo creé con el fin de que fuera feliz en esta vida sirviéndome y glorificándome. Lo redimí para que vencido el pecado tuviera la vida de la gracia y se salvase de la perdición eterna. Pero todos Mis planes se vinieron abajo al hacer los hombres su voluntad sin tener para nada en cuenta la Mía.

Las almas van a su aire sin disciplina ni moral ni nada que las controle, y cada cual mira por sus intereses, sin tener en cuenta ni Mi gloria ni el bien de la Humanidad. Por eso hijos, debo intervenir y mandaros una Gran Tribulación que os haga despertar y os abra los ojos, porque sino vuestra ceguera os arrastrará irremisiblemente al abismo eterno. Más vale hijos que sufráis en esta vida temporalmente, a que lo hagáis en la otra eternamente. Yo, Jesús, os hablo.

Todo lo que decido es siempre pensando en vuestro bien, y esto hijos Míos, debéis de creerlo así. Mi Padre y Yo deseamos vuestro bien, un bien perpetuo, por eso lo que os venga, os duela o no, es siempre para vuestro bien, para unos será un castigo y para otros servirá para mayor corona. Yo, Jesús, os hablo.

Tened pues ánimo y estad preparados para Mi segunda venida, la cual muchos deseáis, pero otros la teméis. Ni al que reciba dolor ni al que reciba gozo Yo dejo de amarlos, porque Mi amor por vosotros siempre será eterno e ilimitado. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo. Paz a todo aquel que leyendo este mensaje lo cree y lo pone en práctica.