Los Ángeles en el Cielo están constantemente
vigilando los pasos de las almas para que éstas no tropiecen ni vayan por
caminos equivocados. Yo, Jesús, os hablo.
Muchos de vosotros, hijos Míos, vais por buenos caminos
porque sois fieles a seguir las inspiraciones de vuestros Ángeles, que aunque
no los advirtáis, ellos están para guiaros adecuadamente. Por eso, debéis de relacionaros
con ellos y rezadles alguna vez para que vean que también queréis comunicaros
con ellos y agradecerles su misión de guiaros, cumpliendo con ello la voluntad
del Padre Eterno.
Hay almas que son más dóciles a estas inspiraciones
y las cumplen sin dudar, otras se plantean preguntas y dudan o las postergan,
por eso, debéis pedir luz al levantaros para que ese día lo que os guie vuestro
Santo Ángel Custodio lo sepáis poner en práctica y no sea un día malgastado en
el Reino de los Cielos. Yo, Jesús, os hablo.
Vuestros Ángeles os tienen un verdadero amor, os
aman como no podéis imaginar, porque el amor de ellos se deriva del amor de Dios
y el amor de Dios hacia vosotros es infinito. Ellos desean vuestra salvación
para la gloria de Dios y bienaventuranza vuestra. Ellos desean que no erréis,
ni tropecéis con el mal, porque lo mismo que ellos os guían para llevaros por
caminos de Dios, Satanás os sugiere desde el primer momento de vuestro día,
consejos de ruina eterna y, desea vuestro mal con el mismo ahínco que vuestros Ángeles
Custodios desean vuestro bien. Yo, Jesús, os hablo.
Enseñad a los pequeños que tienen un Ángel de la Guarda
que los cuidan y los protegen, y enseñadles a rezarles, porque es bueno que ya
desde la infancia el alma sepa que tiene un protector puesto por Dios para su bien eterno y terrenal. Yo, Jesús, os hablo.
Hijos Míos, ofreced alguna vez alguna Misa por
vuestro Ángel Custodio que es la mejor moneda que le podéis dar. Ellos ya en su
gloria, gozan del Eterno y lo alaban y
adoran constantemente. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo. Paz a todo aquel
que leyendo este mensaje lo pone en práctica.