Hijos Míos, Me dirijo a
vosotros movido por el inmenso amor que os tengo. Cada uno de vosotros sois
importantes para Mí y aquellas personas que a vosotros os repugnan, también son
importantes para Mí No hice excepciones al derramar Mi Preciosísima Sangre, todos
estabais en Mi plan de salvación. Mi Redención fue para todos porque no excluí
a nadie de este divino y sublime plan.
Mi Padre no Me mandó morir
solo por los que Me siguieran, Mi Padre Me mandó morir por todos los hombres y
mujeres, buenos y malos, creyentes o ateos, pecadores o no. Porque hijos el
amor de Dios es tan grande que en vuestra mente limitada y finita no cabe el
amor infinito de Dios Uno y Trino. Yo, Jesús, os hablo.
Pensad en el amor que os
tengo y os conmoveréis. Nadie en la vida os ama ni os ha amado como Yo, ni
siquiera vuestros padres, cuyo amor es tenue reflejo del Mío. Rechazar Mi amor
es rechazar en vosotros un bien inmenso. No seguirme es seguir el camino de la
perdición, porque fuera de Mí no hay otro camino de salvación eterna. Por eso
hijos, considerad Mi amor, creed en el misterio de la Redención, aunque no lo entendáis,
y beneficiaros de tanto amor y grandeza como hay en Mí. Yo, Jesús, os hablo.
Cierto que el pecado Me
repugna. Vuestros pecados e incluso la más insignificante falta me repugna,
pero ello no resta Mi amor a vosotros,
porque si fuera así no tendría amor a nadie. Yo os acepto como sois y deseo que seáis humildes aceptándoos también con
vuestras limitaciones y pecados, pero tratando de evitarlos una y otra vez para
que no sean para vosotros una conducta asidua. Confesad y comulgad en gracia de Dios,
los sacramentos os fortalecerán y, tratad de ser cada día un poco mejor, porque
debéis subir la cuesta de la perfección cada día un poco más. Yo, Jesús, os hablo.
Meditad en Mi Sagrada
Persona, nadie como Yo os ama. Yo intercedo por vosotros ante el Trono de Mi
Padre constantemente, y para que Mi mediación por vosotros sea efectiva, poned
de vuestra parte lo que podáis, no más pero no menos, porque la salvación es
obra vuestra también que con Mi gracia y mediación podréis alcanzar. Yo, Jesús,
os hablo y os instruyo. Paz a todo aquel que leyendo este mensaje lo cree y lo
pone en práctica.