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Tantas veces como reclamamos justicia y reinvindicamos nuestros derechos, tambien Dios tiene sus derechos que son deberes para con nosotros. Fue Jesucristo quien nos dijo: Dad a Dios lo que es de Dios, y al Cesar lo que es del Cesar. Pues tomemos nota y cumplamos lo que a Dios le corresponde que le demos: AMOR, ADORACIÓN, GRATITUD Y REPARACIÓN.



23 de noviembre de 2014

EL QUE ME ACEPTA EN ESTA VIDA TIENE MUCHO CAMINO AVANZADO Y YO LO ACEPTARÉ EN LA OTRA


Hijos Míos, vuestros juicios a la vista de los hechos siempre son desacertados y erróneos,  porque vosotros juzgáis por lo que veis pero no conocéis el interior de nadie.  Yo, Jesús, os hablo.

Las circunstancias de la vida dan una visión de los hechos pero no son completos y muchas, muchas veces inexactos. Si veis un accidente pensáis inmediatamente que el conductor iba bebido, cansado o distraído, y aunque en muchos casos pudiera ser así, no siempre lo es y hay factores que se desconocen. Esto también pasa en la vida espiritual que juzgáis bien o mal a una persona según veáis sus actitudes. Una persona que vaya a Misa todos los días no es por eso santa, ya os dije que: por sus frutos los conoceréis (Lc 6,16) Y esta reglilla la debéis aplicar en vuestros juicios que siempre serán inexactos  e incompletos.
 
Vuestra suerte es que Yo Soy el que os juzgará, porque hijos, si lo hiciera una persona por muy santa que fuera no acertaría al completo. Yo juzgo aplicando en todo Mi misericordia, ya que si no fuera así multitudes no alcanzaríais la gloria eterna, por eso, el que Me acepta en esta vida ya tiene mucho camino avanzado, puesto que aquel que Me acepta en esta vida Yo lo aceptaré en la otra. Yo, Jesús, os hablo. 

Sin embargo, hijos, recordad que os dije que no todo el que dice Señor, Señor entrará en el Reino de los Cielos (Mt 7,21) porque si una persona Me acepta pero no cumple Conmigo, pasa de Mis leyes y Evangelio, entonces no Me ha aceptado de corazón sólo de conveniencia, y a Mí  no se Me engaña, o estáis Conmigo o contra Mí. Yo, Jesús, os hablo.

Hijos Míos, con estos mensajes no os quiero ni asustar, ni desanimar, todo lo contrario, deseo que comprendáis que la semilla de la Vida Eterna ya en esta vida la podéis tener, y eso depende de vosotros, de qué contéis Conmigo en vuestro vivir de cada día, y no que Me aceptéis sólo de nombre cómo se acepta a cualquier  personaje histórico, porque Yo hijos, estoy vivo en el correr de los tiempos. Morí pero resucité y vivo entre vosotros, en las almas en gracia de Dios, en la Eucaristía, en el sufrimiento aceptado, en la amargura ofrecida, y en muchas, muchas más cosas. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo.