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Tantas veces como reclamamos justicia y reinvindicamos nuestros derechos, tambien Dios tiene sus derechos que son deberes para con nosotros. Fue Jesucristo quien nos dijo: Dad a Dios lo que es de Dios, y al Cesar lo que es del Cesar. Pues tomemos nota y cumplamos lo que a Dios le corresponde que le demos: AMOR, ADORACIÓN, GRATITUD Y REPARACIÓN.



19 de enero de 2012

TESTIMONIO DESDE ITALIA: SANACIÓN DE OTTO

Me atrevo a exponer este testimonio personal, para hacer ver a los lectores  las nocivas consecuencias que trae el creer en la adivinación, los horóscopos, ouija y todo tipo de artes esotéricas, es decir, satánicas, que como  el pueblo de Israel muchas veces cayó en la práctica de la adivinación y a la consulta de oráculos, yendo así en contra de los Mandamientos de la ley que Dios había dado a Moisés: (Ez 13,18-19; 2 Cron 33,6; Jer 27,9) Claramente vemos como Dios condena esta practica en (Samuel 1,15, 23) porque la adivinación es una puerta que se le abre a Satanás, tomando posesión de muchas personas. También sabemos que la adivinación, espiritismo, brujería, hechicería, etc. son un pecado grave contra el Primer Mandamiento de la Ley de Dios. Así lo ratifica el Catecismo de la Iglesia Católica:

2116: Todas las formas de adivinación deben rechazarse: el recurso a Satán o a los demonios, la evocación de los muertos, y otras prácticas que equivocadamente se supone "desvelan" el porvenir. La consulta de horóscopos, la astrología, la quiromancia, la interpretación de presagios y de suertes, los fenómenos de visión, el recurso a "mediums" encierran una voluntad de poder sobre el tiempo, la historia y, finalmente, los hombres, a la vez que un deseo de granjearse la protección de poderes ocultos. Están en contradicción con el honor y el respeto, mezclados de temor amoroso, que debemos solamente a Dios.

2117: Todas las prácticas de, magia o de hechicería mediante las que se pretende domesticar potencias ocultas para ponerlas a su servicio y obtener un poder sobrenatural sobre el prójimo -aunque sea para procurar la salud-, son gravemente contrarias a la virtud de la religión. Estas prácticas son más condenables aún cuando van acompañadas de una intención de dañar a otro, recurran o no a la intervención de los demonios. Llevar amuletos es tambien reprensible.

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Empiezo pues a relatar los siguientes hechos que me manda una persona desde Italia, recalcar que son absolutamente verídicos:

 Me encontré  en la calle con una amiga y su marido, pero observé como en  su cara reflejaba algún tipo de sufrimiento que estaba viviendo; después de saludarla los invité a entrar a mi casa. Cuando le pregunté que  le pasaba, ella me contestó que su marido se iba a morir, me quedé sin palabras y le pedí que por favor me contara más detalles: Me dijo que le habían detestado un cáncer de piel. Le pregunté si efectivamente el médico le había dicho bien claro que se iba a morir, me contestó: tan claro no, pero no obstante me contó la siguiente historia:

En el  verano cuando fui a mi país (Brasil), estando allí fui a consultar a  una  persona  que  echaba las cartas y que vio un corazón y una cruz y eso quería decir que algún ser querido se iba a morir. Pero además de haber visitado a esta persona,  también fui a un pueblo donde un hombre adivinaba por medio del péndulo, este me dijo respecto a mi marido que le quedaba poco tiempo de vida.

Cuando terminó de contarme su tragedia, cogí la Sagrada Biblia y le leí  en (Deuteronomio Cáp. 18, 9) donde Dios condena las obras de los adivinos, hechiceros, encantadores, astrólogos etc. porque todas estas cosas las  abomina el Señor.  Cuando ella mencionó el corazón y la cruz, yo pensé en la belleza del Corazón de Jesús que nos vienen detalladas  en los detentes del Sagrado Corazón y le dije: “Es verdad que va morir alguien pero es el hombre viejo al pecado porque desde hoy vais a nacer de nuevo los dos".

En el lugar que nos encontrábamos en mi casa tengo un cuadro de Jesús de la Divina Misericordia y mostrándoselo le dije: ahora mismo pedidle a Dios perdón por no haber confiado y recurrido enseguida en El.  Después rezamos  la Coronilla de la Divina Misericordia y propuse una novena por esta intención. Les dije de ir a confesarse y de tomar la Santa Comunión porque  Dios es Médico y Medicina, y así lo hicieron  viernes sábado y domingo porque yo les vi. A los cuatro días les telefoneé para ver como estaba, y me contestó, “mucho mejor, pues  he podido dormir ya que hacía seis meses que no dormía”.

Emprendimos una peregrinación a un Santuario de la Virgen para que Ella también intercediera ante Jesús, su Hijo, para que nos concediera esta sanación del espíritu y del cuerpo. Pasado un tiempo y cuando llegó el momento de hacer de nuevo los análisis al enfermo, éste no tenía absolutamente nada, con el lógico asombro de los médicos que quisieron  repetir las pruebas para cerciorarse definitivamente y  vieron que estaba totalmente sanado.

Gracias Señor
Viva, Viva, Viva Jesús y la Virgen María .
Chari M.