Alma Mía, viene Pentecostés que es la manifestación de Mi Santo Espíritu y Yo te agradezco a ti y a Mi hijo N.N. que hayáis escrito sobre El. Mis almas están secas por falta de alimentos espirituales que le ayuden a crecer y a nutrirse en las cosas de Dios como debe ser. Yo, Jesús, os hablo.
Pero esos escritos que elaboráis con tanto amor por el bien de Mis almas, Yo os lo agradeceré eternamente, porque hijos, lo que hagáis por ellas, por Mí lo hacéis. Yo, Jesús, os hablo.
Desenterrad, hijos Míos, los puntos de la Iglesia Católica , recordad los dogmas, la doctrina que durante siglos ha permanecido, eso es también tradición, hacedlo con amor, por amor a Mí y a las almas y, Yo no Me olvidaré de vosotros en vuestro juicio particular. Hijos, tal y como están las cosas en Mi Iglesia, tengo que valerme de gente como vosotros (1) con buenas disposiciones y deseos de evangelizar, hay que dar de comer (a las almas) y hay que hacerlo por amor y no forzados, ninguno de los dos estáis obligados a ello, pero Yo os lo pido para que las almas no caigan al abismo de la forma en que lo hacen, porque a través de esos escritos, Mi Santo Espíritu hará Su cometido e iluminará a quienes los lean y les ayudará a ponerlos en práctica. Yo, Jesús, os hablo.
Hijo Mío N.N. hijo de Mi Divino Corazón, las almas te buscan, te llaman, te reclaman porque ven en ti bondad y mansedumbre. Hoy en día en que la ira y la cólera son la protagonistas de esta sociedad, un fraile como tu que es paciente, atrae a las almas como un imán. Yo te he dado ese carisma, no te olvides nunca de agradecermelo y de ponerlo a Mi servicio. Las almas que te buscan tienes que encaminarlas hacia Mí, como lo hacia Mi Madre. El “haced lo que El os diga” tiene que ser un lema para ti, pero tu tienes que ser el canal, el medio por donde se acerquen las almas a Mi Corazón Divino. Yo, Jesús, te hablo.
Paz a los dos, a ti hijo Mío, y a Mi instrumento, alma fiel que Me ama y solo vive por y para Mí, alma pecadora también hijo, pecadora también. Yo, Jesús, te hablo y te bendigo.
(1) Entiendo aquí de la sencillez y poca relevancia de nuestras personas.