Almas atribuladas de dolor veo por todas partes y pido oraciones por ellas. Yo, Jesús, os hablo.
Hijos Míos, que gozáis de una buena salud y no sabéis bien lo que es el sufrimiento físico, tengo un ejército inmenso de almas que sufren desde que amanece hasta que anochece y que uno sus sufrimientos a Mi Sacrificio Eucarístico. Almas que se han hecho una con el dolor. Yo os pido que aunque a esas almas que son multitudes desde niños, hasta ancianos no les falte Mi gracia, os pido que aliviéis sus sufrimientos con campañas de oraciones y les apliquéis Mi Santa Misa. Yo, Jesús, os hablo.
A quienes viven en buena salud no saben lo que perderían si no la tuvieran, por eso, esas multitudes de personas que sufren muchísimo en el cuerpo, Yo os pido oraciones y que Me ofrezcáis sus sufrimientos para valerme de ellos para la salvación de los que van directos al abismo eterno. Yo, Jesús, os hablo.
Quien vive en atroces sufrimientos son la mayoría almas escogidas por Mí para hacerlos otros "cristos" en la Tierra , dotados de un carácter especial para que no renieguen de su situación aceptándola según la voluntad divina. Quienes leen estos mensajes conocerán a algunas de estas personas.
Otro no, otros no saben sobrellevar sus sufrimientos y Me ofenden y blasfeman por causa de ellos, pero Yo os pido oración por todas las personas que sufren, lo sepan sobrellevar o no, porque a todos el sufrimiento les hace un bien, aunque no lo acepten o no lo entiendan. Yo, Jesús, os hablo.
Otros sufren como consecuencia de haber usado mal su libertad y encuentran el resultado correspondiente como accidentes o enfermedades. Pero ellos son enfermos que están en Mi ejército sufriente y están bajo Mi mirada que aunque parezca que el Cielo los ignora no es así. Yo, Jesús, os hablo.
El martirio, tortura o enfermedad sobrellevados con amor o por lo menos con resignación, forja grandes santos, santos que sin este medio algunos ni se salvarían, pero hijos, para que la flaqueza no los venzan os pido que recéis por ellos y que le ofrezcáis el Santo Sacrificio de la Misa que Yo lo aplicaré misericordiosamente a su desolación, lo mismo que lo aplico cuando lo ofrecéis por las penas del Purgatorio y les sirven de consuelo, porque la Misa es para el alma y el cuerpo el mejor de los remedios. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo. Mi paz a todo aquel que leyendo este mensaje lo pone en práctica.