Alma Mía, Mis ovejas se desentienden de su Pastor y así les va. Ellas van solas por caminos que escogieron que están llenos de abrojos, de tropezones, de empinadas y les cuesta mucho caminar, porque Conmigo no quieren nada, y viene a ser lo mismo que si el bebé se desentendiese de su madre y pretendiera el solo arreglárselas. Yo, Jesús, os hablo
Pero Yo Soy el Buen Pastor, más bien el único Pastor y Mi paciencia no se agota. Espero y espero y deseo que Mis ovejas Me reclamen para abrirles Mis brazos y llenarlas de consuelo y de gracias y puedan caminar por senderos llanos y rectos que nada tienen que ver con los que ellas escogieron. Yo quiero darles de comer alimentos no contaminados y aguas cristalinas que aplaquen su sed, quiero cuidarlas toda la vida, una por una, porque para Mí todas Mis ovejas son importantes, desde la más pequeña a la más grande, desde la que Me acepta a la que no. Porque hijos, Yo amo sin miramientos, ni condiciones, pero os tengo que pedir que cumpláis las leyes de Mi Padre para que os salvéis y no sea el mundo un estercolero como es por no cumplir los Mandamientos y Mi santa, sabia y sana doctrina.
En todos los sitios hay normas y reglas que se deben cumplir, incluso en vuestros hogares, y pretendéis que en Mi Iglesia cada cual vaya a su aire. Y eso no puede ser, porque el Cielo es un Reino de mucha felicidad y de gozos inimaginables y para ganarlo hay que cumplir las leyes que os dio Mi Padre y que os ayudaran admirablemente, a caminar por la sendas de esta vida sin tropezones, ni zancadillas de Mi enemigo mortal. Yo, Jesús, os hablo.
Cuando alguien peca o no cumple los Mandamientos no solo repercute en su alma sino en el Cuerpo Místico que es Mi Iglesia, y por eso, el mal que uno hace repercute en todos y lo mismo el bien que hacéis, porque todo el Cuerpo Místico se resiente del bien o del mal que hagáis, y por eso, hay que ser santos, para que otros se beneficien de vuestra santidad. Yo, Jesús, os hablo.
Hijos Míos, ovejas de Mi rebaño, almas de mi Divino Corazón, enmendad vuestras vidas, vivid el Evangelio y practicad los Mandamientos y veréis como vuestro final es glorioso y eterno. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo. Paz a todo aquel que leyendo este mensaje lo pone en práctico