Los santos del Cielo
están mirando constantemente a la Tierra para intervenir y ayudaros en situaciones
caóticas. Yo, Jesús, os hablo.
Muchas veces, hijos Míos, comentáis que se os han solucionado
situaciones embarazosas casi milagrosamente, y hay quien atribuye esas soluciones
a casualidades, pero no hijos, vuestros santos patronos y los santos de vuestra
devoción son los que os ayudan cantidad de veces sin que ni vosotros lo sepáis.
Si hijos, sí, ellos están pendientes de vuestros pasos y decisiones e
intervienen en cantidad de ocasiones para guiaros y que no erréis, lo mismo que
los espíritus del mal tratan de poneros la zancadilla para que no emprendáis aquellas
acciones buenas y leales hacia Dios. Yo, Jesús, os hablo.
Aquellos santos fundadores y donde su Regla no se ha
vulnerado, ayudan incesantemente a quienes integran sus Fundaciones y, miran
por la Obra que dejaron tras de sí para protegerla del Mal y para que no se
malogre con el paso del tiempo. Por eso, hijos, aunque los santos ya son bienaventurados
y gozan en el Cielo, rezarles es muy bueno, para que Me entendáis, es como si
los obligarais a acudir en vuestra ayuda. Ellos desde el Cielo pasan haciendo el
bien lo mismo que lo hicieron en la Tierra y, tienen más poder porque ya están
confirmados en gracia de Dios. Yo, Jesús, os hablo.
Hijos Míos, asimismo hay santos en el Cielo muy pequeños,
niños bautizados que murieron sin pecar. Rezadles también para que ellos hagan
desde el Cielo el bien, ya que no lo pudieron hacer en la Tierra, y para que vean
que vuestro recuerdo sigue vivo, esto va más por los familiares que por quienes
no los conocieron.
En la fiesta de todos los Santos que pronto celebraréis,
ofrecedles el Santo Sacrificio del Altar cuyo valor es infinito, y ellos, se
alegraran enormemente de ver que en la Tierra se les recuerda, se les ofrece
tan grande don y se les pide su intercesión, que según vuestra fe, hijos Míos, así
será de eficaz. Yo, Jesús, os hablo. Paz a todo aquel que leyendo estos
mensajes los pone en práctica.