Hijos Míos, ved que siendo como Soy Dios y Señor de
todo lo creado, ved que siendo como Soy el Todopoderoso, Me abajo a vosotros comunicándome
y os llamo hijos, no os llamo ni
esclavos, ni sirvientes, ni siquiera amigos, os llamo hijos.
Pero vosotros cuando os dirigís o habláis de Mí lo hacéis con poco respeto y con mucha ligereza. No digo que Me blasfemáis no, pero no os dais cuenta de quién es del que habláis ni de a quien os dirigís. Pues aunque es cierto que Yo deseo que Me tengáis confianza y que viváis en la creencia de que Soy Padre vuestro porque os engendré a la vida de la gracia, no por eso quiero que os olvidéis de Mi Majestad que es infinita y que es divina. Yo, Jesús, os hablo.
Os llamo hijos porque deseo que confiéis en Mí como
se confía en un padre en el que se cree y a quien se ama. Deseo que viváis
sumergidos en Mi amor y confiéis en que Yo deseo vuestro bienestar en todos los
aspectos, y aunque las cosas se os pongan feas, Yo no aparto Mi mirada de
vosotros y estoy pendiente de todos vuestros asuntos, pero esto hijos, no lo
creéis, no creéis que Yo estoy pendiente de vuestras cosas, y vivís siempre muy
preocupados de ellas, de que os deparará ese día, y así estáis siempre
agobiados, estresados, de mal humor y no estáis motivados por nada, porque solo
estáis pendientes de que os sucederá cada día.
Ahora estáis mal porque veis como las cosas buenas
que teníais os las están quitando. Rebajando vuestros salarios, despidiendo a
gente del trabajo, viendo como vuestros jóvenes no se colocan a pesar de la
preparación que tienen y de los pasos que dan para conseguirlo. Hijos, una sola
cosa es necesaria y todo lo demás es secundario y es la salvación del alma,
porque un trabajo que se pierde se puede recuperar u obtener otro, un salario
que mengua no tiene mayor importancia que la de que tenéis que reducir gastos,
pero si el alma se pierde hijos, eso ya es irreversible.
Todos los males de esta vida son reversibles pero si
el alma se pierde eso hijos ya es irreversible, por tanto, os lo recuerdo una
vez más, buscad el Reino de Dios y su justicia y todo lo demás se os dará por añadidura (Mt 6,33). Emplead todo y soportad todo por el Reino de Dios, por su
propagación, para que las almas lo vivan,
lo integren, lo deseen, y todo lo demás se os dará por añadidura. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo. Paz a todo
aquel que leyendo este mensaje lo pone en práctica.