Los santos inocentes fueron víctimas de aquellos tiempos de Mi infancia y murieron porque el poder corrupto de quien gobernaba así lo estableció, produciendo dolor y lagrimas a sus familias y vecinos. Yo, Jesús, os hablo.
Pero hoy en día esa matanza se repite en cada ser “no nacido” y la ley protege esta matanza no sancionando a quienes lo hacen, sino que encima considera que tienen derecho a cometer esas atrocidades. Yo, Jesús, os hablo.
Hijos Míos, debéis reflexionar sobre estas leyes terribles que van contra la naturaleza y ley natural y que los gobiernos corruptos permiten y hasta protegen, porque nadie tiene derecho a quitar la vida a otro ser haya o no haya nacido, y no se debe matar a nadie por el lugar en que viva (seno materno), porque Mi justicia será implacable para quienes esto lo permitan, lo legalicen, lo emprendan y lo defiendan. Yo, Jesús, os hablo.
Todo aquel que defienda el aborto es cómplice del mismo aunque sus manos no se manchen de sangre, por tanto, defended la vida en todas su etapas, pero aun con más ardor en los que no han nacido, porque esos son los más indefensos y los más necesitados de protección. Yo, Jesús, os hablo.
Lo que antes era malo hoy sigue siéndolo, y lo que antes era bueno, hoy sigue siéndolo. Cambiáis los valores morales y divinos porque cambian las modas y los tiempos, y malo sigue siendo la relación sexual antes del matrimonio y la promiscuidad, de la que también tendréis que darme cuentas. Yo, Jesús, os hablo.
Quiero una generación disciplinada y que sepa controlar sus vehemencias e impulsos, quiero sobriedad en los jóvenes y en las familias, y el padre debe anteponer su autoridad y la madre debe ser ejemplar para sus hijos. Así que hijos, tratad de enmendaros y tratad de vivir de acuerdo a la ley de Dios, porque de acuerdo a la ley de Dios Yo os juzgaré y de nada os servirá si están legalizados o no esos atroces crímenes y corruptas costumbres. Yo, Jesús, os hablo.
Quienes leen estos mensajes que los pongan en práctica, porque si no su necedad sería culpable. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo. Paz a todo aquel que leyendo estos mensajes los pone en práctica.