Alma Mía, no solo no te quiero negar la ayuda para
las almas sino que además deseo que tengas cada día más interés en ello, porque
los instrumentos debéis tener conciencia de lo importante que es lo que recibís
y que sea adecuado a las almas, porque un dictado no adecuado puede desorientar
más que orientar. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.
Ser instrumento de Dios implica muchas cosas aparte
de recibir. Hay que vivir una vida de castidad intensa, hay que vivir una vida
de oración continua, hay que practicar los sacramentos y renunciar a las cosas
del mundo, y sobre todo, a la televisión y espectáculos frívolos que para nada
os sirven en vuestra santificación y que os pueden contaminar. Yo, Espíritu de
Dios, os hablo.
Pero a vosotros instrumentos de Dios no os faltará
Mi gracia, ni las gracias especiales que necesitáis, pero hijos, no pretendáis
saber o conocer más de lo que el Cielo os quiera dar, centraros en vuestra
misión y no os creáis profetas de otras misiones, solo sed instrumentos de la
misión o asuntos que Dios os haya encomendado. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.
Debéis estar muy unidos a la Santísima Virgen que
tuvo una misión única y la cumplió en todo momento conforme a la voluntad de
Dios. Debéis estar relacionados con vuestro Ángel de la Guarda que para eso os
lo ha designado Dios, para que os ayude a caminar por la sendas adecuadas, esto
va también para aquellas personas que no son instrumentos del Cielo pero que
viven la vida cristiana y quieren andar por caminos rectos sin errar.
Debéis invocar al Santo Arcángel Miguel que es el
terror de los demonios y que venció la batalla celestial contra Satanás y sus
secuaces. Y sobre todo, instrumentos de Dios, debéis de invocarme a Mí en todo
momento, para que Mi luz y gracia no
os falte y para que la sepáis aprovechar
adecuadamente. Yo, Espíritu de Dios, os hablo y os instruyo. La paz de
Dios a todo aquel que leyendo estos
mensajes los pone en práctica.