Hijos Míos, este alimento que os doy para vuestra alma, no perece nunca,
no está contaminado, no caduca, porque es un alimento celestial que os doy por
medio de Mi pobre instrumento. Yo, Jesús, os hablo.
Cada cual lo puede tomar cuando le apetezca. Lo
puede tomar en la tristeza para aprender a superarla, ¡ay que mortal es la
tristeza si no la superáis! Lo puede tomar en la duda para descubrir
respuestas. Lo puede tomar en el gozo para alabarme a través de él. Y lo puede
tomar como punto para la oración o para catequizar a alguien. Yo, Jesús, os
hablo.
Un dictado basado y corroborado en la Biblia,
es una gran catequesis, que al emplearlo como tal, Mi Santo Espíritu os ampliará más el mismo.
Pero hijos, que los mensajes sean para vosotros un bien que os apliquéis,
porque se os da como sobrealimento a lo que va a venir y, tenéis que estar
fuertes, muy fuertes en la fe y en el amor a Dios. Yo, Jesús, os hablo.
Tomad hijos Míos vuestro rosario y rezadlo todos
los días. No omitáis este rezo que tanto bien supone a Mi Cuerpo Místico,
cargado de indulgencias y gracias para vosotros mismos. Es un rezo que en el
Cielo agrada mucho y cuando se reza en condiciones, sin prisas y meditando las
palabras y los misterios, es una verdadera escuela de mariología. Yo, Jesús, os
hablo.
Hijos
Míos, ayudaos mutuamente en vuestros problemas y sufrimientos. Amaos unos a
otros como Yo os amo. Rezad los unos por los otros, porque todos formáis parte
de Mi Cuerpo Místico y debéis amaros en Mí, y aceptaros tal y como sois. Si Yo
el Perfecto así os acepto ¿vais a exigir
una perfección a vuestros hermanos que vosotros no tenéis? Aun cuando veáis a
un hermano que cae, que no da ejemplo, rezad por él y pedidme a Mí o a Mi Madre
que le ayude en sus desacertados pasos, pero no le juzguéis, porque al hacerlo
nunca sois misericordiosos, siempre condenáis lo que veis o que no os gusta.
Sed verdaderos cristianos, sin criticar, sin juzgar, sin negaros ayuda unos a
otros, también ayuda económica, que Yo bendigo con creces al alma que se
desprende de su dinero en favor de los más necesitados. Yo, Jesús, os hablo y
os bendigo. Paz a todo aquel que leyendo este mensaje lo pone en práctica.