Cada latido de Mi divino Corazón es un acto
de amor infinito que hago por esta Humanidad pecadora y perdida y que recibe Mi
Padre Eterno. Yo, Jesús, os hablo.
Hijos Míos, vosotros que sabéis apreciar a quienes
os tienen afecto, que poco sabéis apreciar Mi amor por vosotros. No solo no lo meditáis
sino que no lo entendéis y hasta lo ignoráis. Yo busco almas contemplativas que
Me resarzan de tanta ignominia y olvido
que se Me tiene. Hay quienes se preocupan más de su coche que de su alma y lo cuidan
con esmero. Deseo almas de Sagrario que latan su corazón por amor a Mí como el Mío
late por amor a vosotros. Por todos vosotros Mi Corazón late porque está vivo en
el Cielo junto con el Inmaculado Corazón de Mi Madre, que también late por
vosotros y os ama con amor maternal y
único. Yo, Jesús, os hablo.
Las personas que Me aman por medio de Mi Sagrado
Corazón son almas que han comprendido el amor tan grande que os tengo. Son
almas que Me buscan y acuden a Mí y Me piden gracias y favores por medio de Mi
Sagrado Corazón y, saben que Mi Corazón encarnado por las criaturas, no os falla,
porque Yo Me hice Hombre por vosotros y viví vuestra vida en todo igual menos en
el pecado. Yo, Jesús, os hablo.
Yo padecí hambre,
frío, sed, cansancio, calor, todo lo que vosotros padecéis por ser humanos Yo
lo padecí, pero todo sirvió para ayudaros más en vuestra vida de pecado y todo
se lo ofrecía a Mi Padre Eterno por vuestro bien y para Su gloria. Yo, Jesús,
os hablo.
Hijos queridos, venid algún rato al Sagrario
y hacedme compañía. Dadme amor y consuelo
por aquellos que Me ignoran y que Me tienen tan olvidado. Por aquellos que solo
ven en Mí un personaje histórico pero no al Redentor del mundo. Hay mucho que
rezar por las almas y por los sacerdotes que están tan influenciados de las cosas
del mundo y, que son pocos los que encuentro que se Me entreguen totalmente sin
reservarse nada, y algunos, hasta viven fueran de los Mandamientos. Yo, Jesús,
os hablo.
Paz a todo aquel que leyendo este mensaje lo
pone en práctica. Yo, Jesús, el Sagrado Corazón de Jesús, os hablo.