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Tantas veces como reclamamos justicia y reinvindicamos nuestros derechos, tambien Dios tiene sus derechos que son deberes para con nosotros. Fue Jesucristo quien nos dijo: Dad a Dios lo que es de Dios, y al Cesar lo que es del Cesar. Pues tomemos nota y cumplamos lo que a Dios le corresponde que le demos: AMOR, ADORACIÓN, GRATITUD Y REPARACIÓN.



10 de marzo de 2013

HAY MUCHO QUE REZAR POR LOS SACERDOTES QUE ESTÁN TAN INFLUENCIADOS DE LAS COSAS DEL MUNDO



Cada latido de Mi divino Corazón es un acto de amor infinito que hago por esta Humanidad pecadora y perdida y que recibe Mi Padre Eterno. Yo, Jesús, os hablo.

Hijos Míos, vosotros que sabéis apreciar a quienes os tienen afecto, que poco sabéis apreciar Mi amor por vosotros. No solo no lo meditáis sino que no lo entendéis y hasta lo ignoráis. Yo busco almas contemplativas que Me resarzan de tanta ignominia y olvido que se Me tiene. Hay quienes se preocupan más de su coche que de su alma y lo cuidan con esmero. Deseo almas de Sagrario que latan su corazón por amor a Mí como el Mío late por amor a vosotros. Por todos vosotros Mi Corazón late porque está vivo en el Cielo junto con el Inmaculado Corazón de Mi Madre, que también late por vosotros y os ama con amor maternal y único. Yo, Jesús, os hablo.

Las personas que Me aman por medio de Mi Sagrado Corazón son almas que han comprendido el amor tan grande que os tengo. Son almas que Me buscan y acuden a Mí y Me piden gracias y favores por medio de Mi Sagrado Corazón y, saben que Mi Corazón encarnado por las criaturas, no os falla, porque Yo Me hice Hombre por vosotros y viví vuestra vida en todo igual menos en el pecado. Yo, Jesús, os hablo.

Yo padecí hambre, frío, sed, cansancio, calor, todo lo que vosotros padecéis por ser humanos Yo lo padecí, pero todo sirvió para ayudaros más en vuestra vida de pecado y todo se lo ofrecía a Mi Padre Eterno por vuestro bien y para Su gloria. Yo, Jesús, os hablo.

Hijos queridos, venid algún rato al Sagrario y hacedme compañía. Dadme amor y consuelo por aquellos que Me ignoran y que Me tienen tan olvidado. Por aquellos que solo ven en Mí un personaje histórico pero no al Redentor del mundo. Hay mucho que rezar por las almas y por los sacerdotes que están tan influenciados de las cosas del mundo y, que son pocos los que encuentro que se Me entreguen totalmente sin reservarse nada, y algunos, hasta viven fueran de los Mandamientos. Yo, Jesús, os hablo.

Paz a todo aquel que leyendo este mensaje lo pone en práctica. Yo, Jesús, el Sagrado Corazón de Jesús, os hablo.