Hijos Míos, la persona se compone de alma y cuerpo y si
bien el cuerpo es efímero, el alma hijos Míos, es inmortal. Yo, Jesús, os
hablo.
Y porque el alma es inmortal y ha tenido principio y no tendrá
fin, es por lo que Yo, Dios Altísimo, vine a la Tierra a padecer por vosotros y
redimiros, salvándoos de la perdición eterna. Pero infinidad de personas
caminan por esta vida ignorando esta verdad y si hay quien no la ignora es lo
mismo, porque viven solamente para el cuerpo al que no le niegan ningún placer
sea bueno o no lo sea. Yo, Jesús, os hablo.
El mundo con su contaminación os ha influenciado tanto que
no sois personas sino animales que viven por y para darle al cuerpo toda clase
de deleites y nada absolutamente, nada, al alma. Hijos, si os hubiera hecho
animales Me daríais más gloria de la que muchos Me dais ahora, y Yo que Me preocupo
por salvaros porque ante todo Soy Padre, trato de avisaros, de tocaros el alma
para que reflexionéis y, es lo mismo que si tocara a una piedra, en nada os interesa
las cosas del espíritu ni las de Dios. Yo, Jesús, os hablo.
Mi Padre cuando ve tanta indiferencia hacia Mi Encarnación y
Redención se enfada por esas generaciones que nada quieren con lo espiritual, y
llegan al final de sus vidas con las manos totalmente vacías, porque no
supieron en su paso por este mundo alzar un poco la mirada hacia lo alto y
buscar a Dios que es su Padre. Así pues hijos, vosotros mismos os elimináis del
camino del Cielo. Nada queréis saber con Mis leyes, nada con lo revelado por medio
de los profetas, nada con lo que dice la Biblia, y solo os importa darle al
cuerpo toda clase de bienestar a costa de lo que sea, incluso a costa de
vuestra salvación eterna. Hipotecáis una vida de unos cuantos años por una
eternidad sin fin, y esto hijos Míos no se os mete en la cabeza, porque no queréis
renunciar a vuestro bienestar y posponerlo ni siquiera un poco a favor de vuestra
alma, que os vuelvo a repetir es inmortal.
A todo aquel que tenga conciencia de que su alma es inmortal
le pido que rece y se ofrezca por los que no creen, para que la gracia les haga
efecto en sus corazones y pospongan su actitud.
Cread cadenas de oraciones y de sacrificios por los pecadores que nada,
nada quieren saber con las cosas del espíritu y que son animales vestidos de
hombres. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo.