Tropezones y más tropezones recibiréis los cristianos fieles a Mí en los últimos
tiempos, porque hijos, odian Mi doctrina, Me odian a Mí y odian todo lo santo y
sagrado. Yo, Jesús, os hablo.
Recordad hijos Míos lo que Me hicieron hasta que Me crucificaron, todo
era una sarta de mentiras, de calumnias, de hechos que nada tenían que ver con
la realidad. Hijos Me acusaron de un sinfín de mentiras y hasta que no Me
crucificaron no se quedaron tranquilos.
Esto hijos Míos se repetirá en muchos de vosotros, sobre todo, en los sacerdotes
fieles a Mí y a Mi ministerio. Seréis acusados, perseguidos de vuestros mismos hermanos
de ministerio, porque hijos, Judas los habrá hasta el final de los tiempos. Yo,
Jesús, os hablo.
Pero también os digo que no tengáis miedo a nada de lo que os digan u os
hagan. Algunos ya han empezado la persecución, pero otros la empezarán antes o
después, y lo mismo sucederá a
religiosos y seglares. No tengáis miedo porque la fuerza de Mi Espíritu estará
con vosotros siempre y la ayuda y protección de Mi Madre también, eso no quiere
de decir que no sufriréis. Sufriréis pero vuestros sufrimientos darán a luz a
la Nueva Jerusalén y será semilla de nuevos y auténticos cristianos.
Quieren desbancarme de las almas, erradicarme de la vida religiosa, pero
Yo Soy Dios y Señor, no Soy un santo cualquiera, Soy Dios y Señor, y contra Dios
nada ni nadie pueden. Eso lo tienen olvidado, que solo Me ven como hombre, y no
como Dios, pero no conseguirán sus negros objetivos, porque son satánicos y
Satanás no Me vencerá ni en Mi iglesia, ni en vosotros los que Me sois fieles,
ni en Mi doctrina, ni en nada que sea Mío. Yo, Jesús, os hablo.
Ánimos hijos, sed valientes desde ahora. No os acobarde estimar ni hacer lo
que Yo deseo. No temáis a vuestros obispos, Yo Soy más que ellos, y ellos
tienen la autoridad prestada, porque puedo quitarlos de sus puestos cuando
quiera. Yo, Jesús, os hablo.
Pero os pido que recéis mucho por esos obispos que Me son fieles y que se
les pondrán las cosas muy crudas. Hijos, cuando tengáis que acoger de una forma
u otra a uno de esos obispos, abridles la puertas de vuestro corazón y las de
vuestro hogar, porque el que acoge a uno de Mis obispos, o a uno de Mis sacerdotes
a Mí Me acoge y Yo le daré paga de quien Me acoge a Mí. Yo, Jesús, os hablo y os advierto. Paz a todo
aquel que leyendo este mensaje lo pone en práctica.