Las cosas
alma Mía, no son como nos gustarían que fueran, siempre la cruz estará presente
en toda obra de Dios que será un aval para la misma, y el sufrimiento y la
prueba alcanzarán a las almas que sin ser perversas, no viven en Mis leyes y muchas
de ellas se salvarán por esos sufrimientos y pruebas que soportarais, si ellos
hijos Míos, no os hacen renegar de Dios.
Yo Soy
misericordia infinita y no podéis imaginaros la de almas que se salvan por Mi
misericordia, pero hijos, también Soy justicia y muchas almas caen al abismo
eterno también por Mi justicia, porque no puedo admitir en el Reino de Dios a
quien se mofó de él, a quien lo atacó y persiguió y a quien lo ignoró. Yo,
Jesús, os hablo.
Vivid en
las leyes de Dios ahora que podéis, que muchos querrán entrar en la casa
divina y no podrán, y Mis Ángeles les
cerraran las puertas. No creáis que os voy a regalar la salvación, no hijos,
no, pero si os ayudaré a ello y os supliré en muchas limitaciones que tenéis
tanto espirituales como formativas y, tendré muy en cuenta las circunstancias.
Yo Soy un Dios justo y benévolo, pero no regalaré la salvación eterna, y aun a
aquellos que se salvan por Mi misericordia tendrán que padecer un riguroso Purgatorio,
tanto, que la prueba más dura o el sufrimiento más intenso de esta vida, no son
nada comparado con los del Purgatorio. Yo, Jesús, os hablo.
¡Cuántos
medios tenéis para ayudaros a salvaros y no los empleáis! Mi Santa Madre, los sacramentos,
la oración, la penitencia, la aceptación diaria de los que os venga, pero
vosotras almas retorcidas y asentadas en el error no Me respondéis como
deberíais y recogéis los frutos que vosotros mismos sembráis. Yo, Jesús, os
hablo.
Rezad por
la Iglesia y el Santo Padre, visitad a los enfermos, consolad al afligido y al
que llora, practicad las obras de misericordia que son ricas en méritos y en
gracias y, sed perfectos cada día más como vuestro Padre Celestial es perfecto.
Yo, Jesús, os hablo y os instruyo. Paz a todo aquel que leyendo este mensaje lo
pone en práctica.