Hijos Míos, gran
día es hoy Viernes Santo en que Yo, Jesús, de Nazaret padecí por vosotros y he
consumado la Redención que desde siglos estaba anunciada. Yo, Jesús, os hablo.
Cielos y Tierra se alegran y se conmueven ante la inmensidad de Mi amor infinito, y los Ángeles cantan un continuo Aleluya porque Yo,
Jesús, morí y resucité y os traje a todos la salvación.
Qué dolor tan inmenso es para Mí y los bienaventurados ver que
a multitud de almas no aprovecharan Mis sufrimientos, ni
el derramamiento de Mi Preciosísima Sangre. Quien no se salva es porque
no quiere y rechaza una y otra vez los toques de Mi
gracia.
Esto hijos es muy doloroso, porque Yo por cada uno volvería a morir, pero cuando no quieren nada Conmigo y reniegan de Mí y Me escupen blasfemias, risas y burlas es para Mí peor que cuando Me lo hicieron en Mi dolorosa Pasión, porque ya han pasado siglos para creer y comprobar que Yo fui el Hijo de Dios que vine a salvaros de la muerte eterna. ¡Con cuánto amor lo hice! Mi Madre dolorosa al pie de la Cruz, soportando todas las ignominias que Me hicieron y todos los tormentos que Me proporcionaban. Ella sufrió lo que no podéis imaginar, sólo en la otra vida sabréis con exactitud el alcance de sus dolores. Yo, Jesús, os hablo.
Esto hijos es muy doloroso, porque Yo por cada uno volvería a morir, pero cuando no quieren nada Conmigo y reniegan de Mí y Me escupen blasfemias, risas y burlas es para Mí peor que cuando Me lo hicieron en Mi dolorosa Pasión, porque ya han pasado siglos para creer y comprobar que Yo fui el Hijo de Dios que vine a salvaros de la muerte eterna. ¡Con cuánto amor lo hice! Mi Madre dolorosa al pie de la Cruz, soportando todas las ignominias que Me hicieron y todos los tormentos que Me proporcionaban. Ella sufrió lo que no podéis imaginar, sólo en la otra vida sabréis con exactitud el alcance de sus dolores. Yo, Jesús, os hablo.
Hijos, tratad
de vivir una vida cristiana de servicio a los demás y de culto a Dios, porque
la vida avanza a pasos agigantados y lo que no hagáis mientras vivís de bueno
ya no lo podréis hacer nunca más. Que se llenen vuestras alforjas de obras de amor
que os avalen en la hora del juicio y Yo Me olvidaré de vuestros pecados si
amáis de corazón a Dios y al prójimo. Yo, Jesús, os hablo.
Que la Semana Santa
sea para vosotros un medio para reconvertiros y comprometeros más con una vida
cristiana, y lleguéis al final de vuestros días con el alma y la conciencia en
gracia de Dios. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo. Paz a todo aquel que leyendo este mensaje lo
cree y lo pone en práctica.