Corredentores son todos aquellos que llevando su vida anegada
en sufrimientos y viviendo en unión Conmigo, ofrecen los mismos por la salvación de
las almas. Yo, Jesús, os hablo.
Hijos, lamentáis
mucho el sufrimiento, incluso ajeno, y creéis muchas veces equivocadamente que
es un castigo de Dios. Si supierais el valor inmenso que es el sufrimiento aceptado y ofrecido, lo pediríais a gritos. Yo, Jesús, os hablo.
No Me pidáis
que os quite la cruz, sino que os ayude a llevarla. Pedidme que os de fuerzas
para llegar al final de vuestra existencia con la cruz o sin la cruz, pero
siempre en comunión Conmigo. Yo Soy la Vida y la Virtud en plenitud, y el que
está unido a Mí, participa de la vida de
la gracia y de la plenitud de Mis virtudes, según sus disposiciones.
Mi Santa Madre
no cerró los ojos a Mis torturas, ni se quedó alejada de Mí a pesar de que su
dolor era acérrimo. No pidáis que os
quite la cruz que es el signo del cristiano, sino que os dé fortaleza para
llevarla, y lo mismo, cuando pedís por los cristianos perseguidos, pedid para
ellos fortaleza y perseverancia y Yo,
Jesús, os escucharé y se las daré. Porque quien lleva su cruz o sufre
injusticia o persecución, son bienaventurados (Mt 5, 3-10) Yo, Jesús, os hablo.
Al pensamiento humano esto es difícil de aceptar pero es así, quien sufre y lo ofrece tiene la gloria asegurada, no sólo la de él, sino la de otras muchas almas, todo hijos, en comunión Conmigo. Porque Yo Soy la vid y vosotros los sarmientos, y los sarmientos unidos a la vid, dan mucho fruto (Jn 15, 1-5) Yo, Jesús, os hablo. Paz a todo aquel que leyendo este mensaje lo cree y lo pone en práctica.