Lazos de unión fraterna debéis tener entre vosotros
los fieles, para que vuestra oración sea más efectiva al Altísimo. Yo, Miguel Arcángel,
os hablo.
Hijos de Dios, rezad en grupos y no os canséis de hacerlo.
Donde dos o tres están reunidos, allí en medio está el Señor, y el poder y la
fuerza del grupo, es más valioso a los ojos de Dios. A Él le gusta que os unáis
en la oración con armonía, paz y fervor.
El bendice a esos grupos porque le honran, porque unís vuestra fe con la misma intención,
y porque un grupo es mucho menos vulnerable a los estragos de Satanás. Por eso,
Satanás quiere dispersar esos grupos y os mete la pereza, obligaciones que se
pueden posponer y mil asuntos para que no asistáis al grupo. Yo, Miguel
Arcángel, os hablo.
Pero si encima hay unión de varios grupos entre sí
para actos comunes, la fuerza es aun mayor ante la Majestad de Dios.
¿No hacéis lo mismo en la sociedad cuando queréis reivindicar
algo al Gobierno? ¿No salís en concentración a la calle con carteles y pancartas
reivindicando algún derecho? En las cosas de Dios pasa lo mismo, que si varios
os reunís para rezar, reparar o
interceder, tiene más fuerza esa plegaria a los ojos de Dios. Yo, Miguel
Arcángel, os hablo.
Tened cuidado con el trato que os tengáis en los
grupos, porque Satanás los odia porque sabe que lo vencen. Así que no favorezcáis
el cotilleo, la mentira, el desprestigio, ni nada que pueda dar lugar a
discordias, porque en la discordia siempre hay alguien que sale perdiendo y
abandonando el grupo. Sabed que la mayoría de las veces son estrategias de
Satanás para que eso suceda, por tanto, hijos de Dios, poned a la Reina de los
Cielos encabezando el grupo y veréis como Satanás y sus secuaces salen
despavoridos. Yo, Miguel Arcángel, os hablo.
Paz a todo aquel que leyendo este mensaje lo cree y
lo pone en práctica.