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Tantas veces como reclamamos justicia y reinvindicamos nuestros derechos, tambien Dios tiene sus derechos que son deberes para con nosotros. Fue Jesucristo quien nos dijo: Dad a Dios lo que es de Dios, y al Cesar lo que es del Cesar. Pues tomemos nota y cumplamos lo que a Dios le corresponde que le demos: AMOR, ADORACIÓN, GRATITUD Y REPARACIÓN.



29 de julio de 2012

YO ESTARÉ CON VOSOTROS PARA AYUDAROS EN LA SALVACIÓN DE LAS ALMAS

Santos, santísimos deben ser Mis sacerdotes para guiar adecuadamente a Mis ovejas. Yo, Jesús, os hablo.

El sacerdote que Me sirva y viva entregado a Mí, no solo debe ocuparse del rebaño que tenga, sino de aquellas ovejas que no perteneciendo a su redil puedan ir por caminos torcidos y vivir una tragedia. Por eso, el sacerdote que vea que ovejas alejadas de la Iglesia van por caminos de perdición, si está en su mano, que las ayude a enmendar esos caminos, con paciencia, buenos consejos, oración y penitencia, y sobretodo intercediéndome, porque Yo no dejaré de escuchar a quien Me encomiende a ovejas que extraviadas de las verdaderas sendas de Dios, pueden perderse eternamente, Yo, Jesús, os hablo.

Hijos Míos  y siervos sacerdotes, Yo estaré con vosotros hasta el final de vuestra vida para ayudaros en la salvación de las almas, porque hijos, vosotros estáis destinados a eso, a continuar Mi Obra a través de vuestro ministerio para el bien de las almas. Y si Yo fui santísimo, vosotros también tenéis que serlo, porque un sacerdote mediocre, mundano, tibio, produce rechazo a las almas, aunque éstas vayan por caminos torcidos. Pero un buen sacerdote, santo a la vista de los hombres, ya está edificando con su ejemplo y ayudando al bien de las almas, aunque ellas, no se den cuenta. Yo, Jesús, os hablo.

Así pues hijos Míos, hijos queridísimos de Mi Divino Corazón, edificad con vuestro ejemplo, con una vida intachable de oración y penitencia que las almas la adviertan, porque Yo, Me valdré de vosotros para sembrar la semilla del bien y del amor a Dios en almas que extraviadas, se han desentendido de Mí. Yo, Jesús, os hablo.

Se que flaquezas siempre vais a tener, pues ofrecédmelas humildemente, que Yo sacaré de ellas frutos de humildad para vosotros y, os hará más comprensivos para con las almas que una y otra vez caen en el pecado y acuden a vosotros a confesarse, compungidos por sus debilidades. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo. Mi paz a todo aquel que leyendo este mensaje lo pone en práctica.