Hijos Míos,
no os desalentéis ante los acontecimientos que puedan venir por oscuros que los
veáis. Yo Soy el Buen Pastor y amo a Mis ovejas y no las dejaré a merced del
lobo. Yo, Jesús, os hablo.
Vosotros
cuidáis de vuestros hijos y de vuestros animales y les proveéis de todo lo
necesario para vivir en condiciones y valerse por sí mismos. Yo Soy más bueno
que vosotros y no cerraré Mis ojos ante las desgracias que os vengan, porque no
seré indiferente ante las mismas y, a todo aquel que por seguirme os haga daño,
lo pagará, porque nadie debe imponer a otras personas sus errores y obligarle a
vivirlos. Yo, Jesús, os hablo.
Quien Me
sea fiel hasta el final Yo no lo dejaré, pero si el miedo le hace sucumbir y es
él quien Me deja a Mí, sus consecuencias las tendrá que padecer. Yo, Jesús, os
hablo.
No
abandonéis a vuestro Dios cuando más falta hace que deis testimonio de El. Sed
fieles a El hasta la muerte o la tortura. No malogréis la semilla de la Nueva
Jerusalén con vuestras cobardías o miedos. Sed fieles hasta el heroísmo, que Yo
no os negaré Mi gracia para que resistáis hasta el final. Yo, Jesús, os hablo.
Mirad a
vuestra Madre que no Me abandonó por dura que se le puso la situación. Ella
estaba dispuesta incluso a dejarse crucificar y aguantó hasta el final a Mi
lado.
Imitadla,
sed valientes como Ella, que vuestro amor sea ardiente y verdadero y no se vulnere
por nada ni por nadie. ¡Firmes hijos! ¡Firmes! Que Yo Soy el Eterno, el
Infinito, el Todopoderoso y pago muy bien a quien Me ama y Me corresponde en
fidelidad y entrega. Yo, Jesús, os hablo.
Tened
vuestras alforjas preparadas. Llevad en ellas lo necesario para salvarse y no
añadáis nada que no sea espiritual. No os dejéis comprar por nada ni por nadie,
solo Yo merezco ser amado hasta la inmolación. No os vendáis como rameras al
primero que llegue, que la vida es corta y vuestra hora ya está decidida. Yo,
Jesús, os hablo y os advierto. Mi paz a todo aquel que lee y cree en este
mensaje.