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Tantas veces como reclamamos justicia y reinvindicamos nuestros derechos, tambien Dios tiene sus derechos que son deberes para con nosotros. Fue Jesucristo quien nos dijo: Dad a Dios lo que es de Dios, y al Cesar lo que es del Cesar. Pues tomemos nota y cumplamos lo que a Dios le corresponde que le demos: AMOR, ADORACIÓN, GRATITUD Y REPARACIÓN.



14 de marzo de 2013

QUIERO QUE SEAN LOS SACERDOTES QUIENES VISITEN A LOS ENFERMOS Y ME LLEVEN A SUS CASAS



Aquel que Me ama, aquel que Me sigue, aquel que cree en Mí, tiene ya puestos los cimientos de la Vida Eterna. Yo, Jesús, os hablo.    

Hijos Míos, Yo Soy camino para la Vida Eterna, Soy Verdad que nunca cambia y Soy  vida para todo el que se encuentra muerto por el pecado. Y por eso en Mí está el fundamento de todo, de la perfección, del amor y de la gloria a Dios, porque quien Me honra, honra al que  Me envió y quien Me ama, ama a Mi Padre Celestial que está siempre Conmigo. Yo, Jesús, os hablo.      

No tenéis que temer nada si Me amáis y Me dais lo que Me corresponde, un amor de obra y no de palabras. No todo el que dice Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos (Mt 7,21). Pero aquel que reconociéndome como Hijo de Dios Me sirve como tal, ese ya tiene el pasaporte para la Vida Eterna. Yo, Jesús, os hablo. 

Muchos os desalentáis por vuestras miserias, sobre todo los sacerdotes, que viéndose mediocres y poco ejemplares, temen no edificar a las almas. No os desalentéis a la vista de vuestras faltas y pecados, que el desaliento lo induce Mi enemigo mortal para hundiros y haceros claudicar. Esforzaos por levantaros de las caídas, proponeros desde el inicio del día vencer batallas, y así, ya estaréis predispuestos a ganarlas. Yo, Jesús, os hablo.

Comulgad con el alma limpia de pecado. Recibid la Comunión de Mis sacerdotes, muchos laicos no están en las debidas disposiciones y algunos viven en continuo pecado. Y aunque un sacerdote también esté en pecado, ya contaba Yo con ello cuando les di la vocación. Pero ellos Me representan y es su ministerio atender a las almas y administrar los sacramentos, porque hijos, hoy el ministro extraordinario de la Eucaristía, se ha convertido en ministro ordinario, sustituyendo en lo más elemental al párroco y esto en nada Me agrada.

Quiero que sean los sacerdotes quienes visiten a los enfermos y Me lleven a sus casas, porque el sacerdote tiene la gracia de estado para saber decir a un enfermo o agonizante las palabras adecuadas, pero aunque no supieran decirlas, sus palabras tienen fuerza y valor para el enfermo o agonizante por el hecho de ser un sacerdote. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo. Paz a todo aquel que leyendo este mensaje lo pone en práctica.