Hijos Míos, de pequeños en vuestras
catequesis os enseñaron que la cruz es la señal del cristiano. Yo, Jesús, os
hablo.
Pero la
cruz no es solo el icono que lleváis colgado al cuello o en vuestros rosarios,
la cruz es también lo que el Cielo os
manda cada día, que sobrellevándolo con paciencia
y amor es señal de ser buen cristiano y de ser seguidor de Cristo. Yo,
Jesús, os hablo.
Se Me
quejaba Mi instrumento y preguntaba por
qué tienen que padecer tantas y tantas personas que son buenas, rezan y piden
asiduamente y parece que Yo no las oiga. Hijos, no podéis imaginar el tesoro
inefable que tienen los cristianos que sufren y aceptan sus situaciones y tribulaciones de cada día. A Mí Me duele veros en sufrimientos, pero
también sé que el mérito y el premio de los mismos es inimaginable, pues un
sufrimiento bien sobrellevado os suple en todas las carencias de ayunos y penitencias que no hacéis y aceptado y ofrecido a Dios, os convierte
en imagen Mía, porque os hace otros cristos y redentores. Yo, Jesús, os hablo.
No os
desalentéis de veros sin trabajo, sin medios económicos, sin salud o carentes
de otras cosas, porque Yo sé lo que padecéis
y hasta donde llega el valor de vuestros padecimientos. Fiaros de
Mí por oscuras que se os pongan las
situaciones, esto va para todos vosotros hijos, que ahora leyendo este mensaje,
os sentís identificados con el mismo porque es lo que os sucede. Yo, Jesús, os
hablo.
Viene ahora
el día de Mi santo padre adoptivo José (1) ¡Qué escuela de paciencia y virtud fue él! ¡Y cuanto padeció! , solo en la otra vida lo
sabréis porque él fue también un hombre de sufrimientos y cuya fe fue probada
varias veces en su vida y, ahí está bienaventurado en el Cielo, con un brillo
único y excepcional, porque hijos, quienes sufren unidos a Mí y aceptan el
sufrimiento, tienen un brillo especial en el Cielo. Yo, Jesús, os hablo.
No
bajéis la guardia en la oración. Seguid pidiendo y luchando. Yo no estoy sordo,
os oigo y tengo en cuenta vuestras peticiones, pero os purifico y os pruebo
para más eficacia en lo que pedís y para más corona. Yo, Jesús, os hablo y os
instruyo y os amo a todos con infinito y
ardiente amor. Paz a todo aquel que leyendo este mensaje lo pone en
práctica.
(1)
Este mensaje fue dado
el día 16