Hoy
hablo y Me dirijo a Mis instrumentos. Son muchos los instrumentos que proliferan
por el mundo escogidos por Mí pero no todos los que existen son auténticos.
Quiero
que Mis instrumentos se limiten únicamente a lo que el Cielo les pida y no
deben de hacer nada más. No deben creerse que tienen la infalibilidad en dar
consejos y no deben emplear el carisma para gloria propia, porque precisamente
por ser gente pequeña, sencilla e iletrada en muchas cosas, Yo los escogí para
que hagan las cosas a Mi estilo y no al de ellos, sin quitar ni poner nada. Yo,
Jesús, os hablo.
Quienes
conocen a un instrumento no deben creer
que son almas de gran santidad, ni creer que lo que ellos digan es lo acertado,
no hijos, no, los instrumentos son medio por los que Yo Me valgo para hablar, sanar o profetizar, pero su misión
debe atenerse únicamente a lo que Yo disponga y no a lo que a vosotros os
gustaría. Yo, Jesús, os hablo.
Cuando
queráis saber algo de vuestra situación bien espiritual o material, preguntadme
a Mí ante el Sagrario. Venid a Mí a consultarme y no a un instrumento. Yo no
hago distinción de almas, porque todas Me importáis, pero vais al medio que Yo
empleo y no a Mí que Soy la Fuente, entonces podéis encontraros con consejos o
sugerencias desacertadas y a veces peligrosas. Yo, Jesús, os hablo.
Si creyerais
que Yo estoy vivo realmente en el Sagrario con todo Mi Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, vendríais más a consultarme y a
hacerme compañía, pero como vuestra fe débil
y mediocre no alcanza a tanto, de ahí, que vayáis en pos de la criatura y no del Creador. Yo,
Jesús, os hablo.
Así
pues, hijos Míos, tomad nota de lo que os digo, solo Yo puedo solucionar
vuestros problemas, ayudaros en vuestra tribulación, consolaros en vuestras penas
y aliviaros en vuestras cargas, porque Yo amo a Mi creación por la que no
escatimé sufrimiento alguno. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo. Paz a todo
aquel que leyendo este mensaje lo pone en práctica.