Dices por boca de profeta:
“Me abandonasteis a Mí, Fuente de agua viva
por pozos resquebrajados que no pueden contener el agua.”
Y yo sabía lo que era morirse de sed
Oh! dulce Corazón de Jesús
Me diste a beber el agua prometida a la samaritana:
“Quien beba de esta agua no volverá a tener sed”.
Había llegado a puerto, ya estaba en casa.
Oh! dulce Corazón de Jesús
Y ahora si iba a morir de sed. Desde entonces,
solo tuve sed de tener sed de aquella fuente inagotable
que había saciado mis ansias
Oh! dulce Corazón de Jesús
Después, contemplándote en el Calvario
me alzaste hasta tus labios
y desde la Cruz, coronado de espinas,
con tu beso anhelante en los míos,
me transmitiste la sed de almas para apagar tu sed
Oh! dulce Corazón de Jesús
No dejes que se apague mi sed,
del manantial de tu Corazón
que reclama almas sedientas,
para colmarlas también
con el fuego de tu Amor
Oh! dulce Corazón de Jesús.
Concha Sofía Ricomá