Ángeles
todos bendecid al Señor (Dn 3, 58)
Hijos Míos,
cuantas veces os quejáis de que no tenéis tiempo para orar, y es verdad, por
eso, os voy a instruir sobre lo que podéis hacer para que a lo largo de todo el
día no le falte al Señor oraciones.
Aprendeos
algún salmo de alabanza y rezadlo a lo largo del día. Podéis rezarlo mientras os aseáis, os vestís, o coméis. Así, hijos Míos,
santificáis todos los momentos y acciones de vuestro día. Yo Soy María vuestra
Madre y, os recomiendo esta forma de orar para todos aquellos que viven con el
tiempo ocupado casi todo el día.
Decid
alabanzas mientras conducís, mientras camináis, incluso cuando hacéis deporte o
rehabilitación, que el pensamiento hacia Dios sea una realidad en vuestra vida.
Pequeñas alabanzas y bendiciones al Altísimo, son como gotas de agua que van
empapando la tierra de vuestra alma y la conserva en condiciones para Dios. Después
cuando podáis orar más ante el Sagrario o el Santísimo Sacramento, lo hacéis,
pero esta forma de orar que os recomiendo ponedla en práctica.
Las amas de
casa pueden orar con jaculatorias y alabanzas a Dios mientras guisan, hacen las
tareas domésticas y de esta forma santifican los trabajos más humildes pero
necesarios en el hogar. Yo María vuestra Madre, os lo pide.
Que lo
mismo que una rosa por su colorido y hermosura alaba a Dios sin ella saberlo, así
la criatura racional también debe alabar a Dios conscientemente, porque la
Majestad de Dios cubre la Tierra entera y debe recibir de todas sus criaturas
bendiciones. Yo María Santísima os hablo.
Paz a todo
aquel que leyendo este mensaje lo pone en práctica y lo propaga.