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Tantas veces como reclamamos justicia y reinvindicamos nuestros derechos, tambien Dios tiene sus derechos que son deberes para con nosotros. Fue Jesucristo quien nos dijo: Dad a Dios lo que es de Dios, y al Cesar lo que es del Cesar. Pues tomemos nota y cumplamos lo que a Dios le corresponde que le demos: AMOR, ADORACIÓN, GRATITUD Y REPARACIÓN.



25 de julio de 2013

EN ESTOS MOMENTOS QUE LEÉIS ESTE MENSAJE ESTÁN CAYENDO AL INFIERNO MIRÍADAS DE ALMAS



Hijos Míos,  en estos momentos que leéis este mensaje están cayendo al infierno miríadas de almas. Yo, Jesús, os hablo. 

Creéis hijos Míos que porque Mi misericordia es infinita tengo que pasar por alto vuestras atrocidades y pecados, y no, porque entonces no sería un Dios justo y vosotros mismos os lamentaríais. Yo aplico Mi misericordia a quienes de verdad quieren salir del pecado y les cuesta hacerlo por la de vicios que tienen arraigados, pero no puedo pasar por alto esas jovencitas que abortan a sus hijos, y cuyos novios o parejas son igualmente culpables, porque el hijo engendrado es de los dos. Yo, Jesús, os hablo.

¿Queréis que pase por alto y aplique Mi misericordia al criminal que se jactó de sus crímenes y no tuvo ni un soplo de arrepentimiento? Eso no puede ser, porque si el criminal tiene un soplo de arrepentimiento y aunque hayan sido atroces sus crímenes, mayor es Mi misericordia, pero no puedo perdonar si el alma no se arrepiente y no desea salir de su situación de pecado.

Vosotros que deseáis justicia y la pedís a vuestros políticos y dirigentes, no deseéis que Yo sea un Dios injusto y que pase por alto vuestros atroces pecados -algunos más propios de demonios que de personas- porque hijos, esta generación está llena de culpas atroces, de leyes satánicas, de sacerdotes y religiosos que viven en corrupción y pecado y que llegarán al final de sus vidas en esa situación de pecado porque no hacen nada por salir de ella. Yo, Jesús, os hablo.

No rezáis, no oís misa, no leéis nada santo, no conocéis Mi Evangelio y lleváis media parte de vuestra vida ya hecha. Vais llegando al final de la misma sin ningún interés por lo santo y lo divino, y Yo tengo que sufrir en Mi Corazón la amargura de ver que Mi Pasión y Preciosísima Sangre se pierde en vosotros, así pues hijos, tratad de tener solo un soplo de buenas intenciones y de querer volver vuestro rostro a Mí, que Yo con Mis gracias os ayudaré cuanto haga falta.

Yo, Jesús, os hablo y os instruyo. Paz a todo aquel que leyendo este mensaje lo pone en práctica.