Hoy día la
gente vive plácidamente preocupándose de todo menos de su alma, y esto hijos Míos
es terrible. Porque esa despreocupación hacia lo eterno y los sobrenatural
lleva irremisiblemente a la perdición eterna. Yo, Jesús, os hablo.
Mi instrumento
se queja de que siempre le doy los mismos mensajes, y que Me repito mucho porque
siempre os hablo de la salvación eterna y de vuestra reconversión, pero decidme
hijos, ¿cómo podría preocuparme otra cosa en vosotros y omitir la salvación de
vuestra alma? Quiénes se preocupan de enfocar su alma hacia la Vida Eterna Yo
le proporciono medios para todo lo demás, no lo dejo de Mis manos, porque sé
que es necesario que tengáis trabajo,
comida y vestido, pero no os debe preocupar más de lo preciso, porque
hijos, Yo proveeré cuando vosotros busquéis la gloria de Dios y el bien de
vuestras almas. (Mt 6, 33)
Para salvaros debéis
cumplir totalmente los Mandamientos, muchos de vosotros vivís emparejados sin
estar casados, eso no es santo, debéis santificar vuestra unión ante Dios con
el Sacramento del Matrimonio, debéis ser santos en todas las circunstancias de
vuestra vida, Yo os pido santidad absoluta y total, y no Me hacéis caso y luego
pretendéis que Yo os haga caso a vosotros en cosas que no solo no os santifican
sino que os llevan a la perdición eterna. Yo, Jesús, os hablo.
No es duro el cristianismo
como vosotros pensáis, es algo llevadero porque Mi gracia siempre está con
vosotros, y cuando caminéis por sendas
de Dios, veréis de sobra como después de cumplir una ley Mía cumplís mucho
mejor otra ley o norma, y cumplís todo lo demás, incluso aquello que os cuesta a vuestro egoísmo
y naturaleza humana, como perdonar a los enemigos
y el amaos unos a otros (Mt 5, 44)
Hijos, no leáis
los mensajes y los aparquéis sin poner en práctica lo que os pido, Yo pienso en
cada uno de vosotros con gran amor, deseo un día teneros en Mi Reino, pero si
vosotros no ponéis nada de vuestra parte, os echaré de menos eternamente por
vuestra dureza de corazón, así que ánimo, venid a Mí y pedidme ayuda. Id a vuestra
Santa Madre María y pedidle ayuda, a vuestro Ángel de la guarda y a todos los
santos y bienaventurados del Cielo, que lo que más desean es que un día os reunáis
con ellos en el Banquete Celestial. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo. Mi
bendición a quien crea estos mensajes y los ponga en práctica.